Prueba Ducati Scrambler Urban Motard: Espíritu burlón

Prueba Ducati Scrambler Urban Motard: Espíritu burlón

Aquellos a los que les guste el cine clásico recordarán El temible burlón (The crimson pirate) una película protagonizada por Burt Lancaster que narra las correrías de un pirata en el Mar Caribe. Aquel corsario era todo un acróbata capaz de burlar cualquier dificultad. Exactamente igual que esta Ducati Scrambler Urban Motard.

Han pasado muchos años desde que Robert Siodmak dirigiera aquella cinta en 1952, sin embargo el espíritu transgresor e irónico de aquel personaje parece haber encarnado en una de las últimas creaciones de la marca boloñesa. La Urban Motard hace gala de ese carácter gamberro que tantas simpatías despierta al ser capaz de transgredir los usos comunes, sorteando todo tipo de escollos para lograr su objetivo final.

Esa es la esencia de nuestra Scrambler.

La misma Ducati no tiene reparos en calificar a este modelo como City Rebel, con una marcada actitud deportiva y una imagen enérgica y diferente que pone su punto de mira en un estilo desenfadado, propio de la estética más urbana.

Al fin y al cabo estamos hablando de una Ducati, en su variante Scrambler, pero Ducati. Y en este caso de una que sigue la tradición más clásica de la familia italiana, esa que se mantiene fiel a los viejos demodrómicos refrigerados por aire. Mecánica que imprime un carácter singular y que marca los modos y maneras de cualquier máquina de manera intrínseca.

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La Ducati Scrambler Urban Motard participa de esa naturaleza al cien por cien y pasa a ser una más de tan prolífica parentela. Icónico como pocos, el clan Scrambler cuenta en su árbol genealógico con un ramaje tan variado como atractivo. Así, esta versión inspirada en el hip hop y el trap, se suma a la referencia original, la Icon, con esa mezcla de tradición y modernidad; a las versiones más oscuras y noctámbulas, Nightshift e Icon Dark, la primera mas estilo café racer y la segunda, como la versión enigmática de la Icon.

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Y para los que sienten la atracción por terrenos polvorientos, la Desert Sled ofrece la posibilidad de alejarse con ciertas garantías del asfalto.

Todas disponibles en versiones full y también limitadas a los pertinentes 35 kW del permiso A2.

Como toda familia, la Scrambler necesitaba esa oveja negra, ese miembro que rompe los esquemas y que mira en otra dirección. En ese lugar encaja de maravilla la nueva Ducati Scrambler Urban Motard.

A su aire

Esta señorita de breve y sencilla indumentaria luce como la hija díscola de la saga y para ello sigue la moda callejera más underground. A saber, dando respuesta a ese patrón que aúna deportividad y diversión, la Urban Street se articula alrededor de un eje central marcado por su depósito de gasolina. Esta pieza fabricada en acero dispone de paneles de aluminio intercambiables, decorados con los nombres y apellidos de la familia en un inconfundible estilo de grafiti urbano.

La base cromática combina sólo dos colores, blanco y rojo y la estética reduce elementos superfluos, como suele ser habitual en la gama Scrambler. El guardabarros elevado subraya el redondo faro de forma característica con su led DRL de cubierta intercambiable en X que ofrece esa visión de cuatro segmentos.

El cuadro de instrumentos se reduce a la habitual esfera digital, de sencilla pero completa y clara lectura.

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El manillar es una ancha pieza de diámetro variable que ofrece una perfecta ergonomía en sintonía con unas estriberas de aluminio sin goma, colocadas a una altura razonable y un asiento plano de costuras rojas que se sitúa a 805 mm del suelo. El resultado es que puedes moverte con soltura sobre él y agarrarte al manillar contando con una buena palanca que permite absoluto control de la situación. Las estriberas no llegan a rozar a pesar de alcanzar considerables ángulos de inclinación y puedes transitar entre una cómoda postura erguida para circular en ciudad y una posición más avanzada sobre el depósito, con los brazos abiertos para atacar sin piedad las curvas en carretera de montaña. Polivalencia total.

Unas placas laterales de inspiración flat track y un breve guardabarros trasero rematan el conjunto que además opta por unas pequeñas asas tubulares para el eventual pasajero. La óptica trasera opta por iluminarse mediante diodos led, lo mismo que el conjunto de intermitentes. En cuanto a la matrícula, en este caso han optado por colocar un soporte en el basculante para ubicarla.

Sencilla, pero con sus detalles

Por cierto, a pesar de su planteamiento espartano, la Ducati Scrambler Urban Motard no renuncia a la posibilidad de conectarse al mundo y está preparada para recibir el Ducati Multimedia System (DMS), que permite conectar un teléfono móvil a través de Bluetooth. Un detalle más. Bajo el asiento se localiza una toma USB para recarga de dispositivos electrónicos.

Nuestra Urban Motard cuenta con el mismo motor V-Twin a 90º de 803 cc que emplean el resto de las Scrambler, la última evolución del veterano Desmo en L de aire que entrega 73 CV a 8.250 rpm y 66,2 Nm de par a 5.750 rpm. En general nos encontramos con una mecánica progresiva, con buena elasticidad, que brilla especialmente en el medio régimen y que también arranca bien desde abajo sin desmerecer, pero sin destacar en la zona alta del cuentavueltas.

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Rinde 73 CV que quizás a algunos les puedan saber a poco, pero que a la hora de la verdad ofrecen mucho juego. En carretera, esa caballería no llega a asustar, empuja con solidez, pero al mismo tiempo con suavidad, sin sobresaltos innecesarios. La filosofía de las Scrambler no se basa en las prestaciones puras, y la Urban Motard no es una excepción. El objetivo final es una sana diversión, lo que se puede alcanzarse sin necesidad de andar jugueteando sobre el filo de la navaja con tropecientos caballos. Además, una de las virtudes de este bicilíndrico es que su potencia fluye sin excesivas vibraciones, firme, constante, pero de manera relajada.

En cuanto a la parte ciclo, la Urban Motard también comparte una buena parte de soluciones con sus hermanas Scrambler, aunque se desmarca claramente por la opción elegida a la hora de pisar el asfalto. Si bien su noble parentela opta por una llanta delantera de 18 pulgadas, ya sea de radios o de aleación, nuestra grafitera prefiere ceñirse a los estándares más genuinamente asfálticos y monta ruedas de 17”.

Llantas de radios que repiten esquema en el tren trasero y montan unas gomas que ya dan una clara idea de hacia donde apunta este modelo. Los Pirelli Diablo Rosso III son signo inequívoco de sus intenciones.

Soluciones clásicas

Su bastidor tubular, tan sencillo como efectivo, abraza el bicilíndrico boloñés y se pertrecha con un tándem de suspensiones firmadas por Kayaba. La horquilla es una invertida de 41 mm, sin posibilidades de regulación, pero con un tarado muy bien compensado para casi cualquier situación. Por su parte el tren trasero emplea un basculante de fundición de aluminio con los brazos de tipo banana y un amortiguador, ajustable en precarga, anclado directamente.

Resulta curioso que, pese a que su aspecto compacto y su asiento bajo (805 mm), la Urban Motard parece larga; bajita y larga. Sin embargo su distancia entre ejes es de sólo 1.436 mm, lejos de los 1.469 mm de una Panigale e incluso a gran distancia de, por ejemplo, una de sus posibles rivales, la KTM SMC 690 con sus 1.480 mm. de batalla.

Eso se traduce en una gran agilidad y una facilidad pasmosa para los cambios de apoyo, convirtiendo a esta Scrambler en una auténtica devoradora de curvas.

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Menesteres a los que contribuye de manera importante el equipo de frenos. Los valores nada exagerados de peso (196 kilos) y potencia (73 CV) contribuyen a que no sea necesaria una excesiva contribución en este apartado, de forma que la italiana se conforma con un solo disco de freno delantero – 330 mm – mordido por una pinza Brembo radial de 4 pistones, al que asiste un disco de 245 mm con pinza de pistón simple en la rueda trasera.

El conjunto cuenta con un sistema ABS cornering de la firma Bosch que ayuda a evitar sustos.

Lo mejor de todo es que resulta de lo más discreto, sólo aparece cuando realmente es necesario.

Esta Ducati Scrambler Urban Motard hace honor a su nombre y se desenvuelve bastante bien en el encorsetado terreno de la gran ciudad. Su baja altura y su agilidad juegan a su favor, acompañadas por un motor suave que ayuda a moverse sin agobios. En este sentido y a pesar de su relativa practicidad en este escenario, la Scrambler peca de sofocos, sobre todo en esta época, con un colector de escape en su costado derecho que alcanza temperaturas notables y llega a molestar si acercas demasiado la pierna. Mientras que el ancho manillar y los retrovisores obligan a realizar ciertos contorsionismos al circular entre coches.

A pleno pulmón

Como toda Ducati que se precie y muy a pesar de ese espíritu urbanita del que hace gala, la Urban Motard se crece en trazados más abiertos. Es en carreteras estrechas y reviradas donde su vena motard se revela con todo su potencial.

Rápida, con excelente aceleración al salir de los ángulos, sus ruedas de 17 calzadas con los pegajosos Pirelli Diablo Rosso te catapultan a otro nivel. La Scrambler parece pegada al asfalto, mantiene la trazada sin moverse un milímetro y cuando llegas a la frenada, puedes apurar hasta bien adentro y salir acelerando con una sensación de control plena. Las suspensiones copian el terreno a la perfección y sientes que ese es su terreno natural. Todo transcurre de forma intuitiva y no es necesario apurar la mecánica para ir rápido, si aprovechas bien su zona de medios y dejas que la parte ciclo haga su trabajo, hilar curva tras curva se convierte en una adicción.

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Además, su asiento plano te permitirá ir modificando la postura en el momento de atacar el trazado, y puedes jugar adelantando el peso sobre el depósito o retrasarlo según convenga. Una máquina de diversión.

En caso de tener que rodar por vías más rápidas, autovía o autopista, mi consejo es que reduzcas al mínimo ese trayecto. Sin protección de ningún tipo y con los brazos abiertos, obligados por su ancho manillar, será un trámite que querrás solventar a la mayor brevedad.

En definitiva, la nueva Ducati Scrambler Urban Motard se postula como una excelente y socarrona compañera, tanto para el día a día como para atacar esas curvas de fin de semana que suponen el nirvana de cualquier motero de pro. Una forma diferente y excitante de afrontar la vida sobre dos ruedas y una puerta de entrada perfecta a la gran familia Scrambler de Ducati. ¿Tienes alma de pirata?

Lo que más nos ha gustado y lo que menos...

Solo+

El veterano motor desmodrómico sigue rindiendo a buen nivel. Potencia más que suficiente y de entrega progresiva. Bastidor y suspensiones ofrecen agilidad y estabilidad por igual mientras que la frenada con ABS cornering supone un plus muy interesante.

Solo-

El calor que emana del escape, sobre todo en época estival, resulta bastante molesto y el colector que discurre por su costado derecho puede llegar a quemar cuando apoyas la pierna en parado. Por otra parte ajustar los retrovisores para lograr un ángulo de visión correcto es casi una misión imposible.

Ficha técnica Ducati Scrambler Urban Motard

Motor tipo:  Bicilíndrico desmodrómico 4T, SOHC, refrigeración por aire, 4V
Diámetro x carrera: 92 x 81,5 mm
Cilindrada:  803 c.c.
Potencia máxima:  73 CV a 8.250 rpm
Par motor máximo: 66,2 Nm a 5.750 rpm
Alimentación:  Inyección electrónica
Emisiones de CO2: 120 g/km
Cambio:  6 velocidades
Embrague:  Hidráulico, multidisco en aceite
Transmisión secundaria:  Cadena de retenes
Tipo chasis: Tubular de tipo Trellis de acero
Geometría de dirección: 24º lanzamiento, 94 mm avance
Basculante:  Doble brazo de fundición de aluminio
Suspensión delantera:  Horquilla invertida Kayaba de 41 mm con 150 mm de recorrido
Suspensión posterior: Monoamortiguador Kayaba, 150 mm de recorrido, ajuste de precarga
Freno delantero: Disco de 330 mm con pinza radial de 4 pistones y ABS cornering
Freno trasero:  Disco de 245 mm con pinza de un pistón y ABS cornering
Neumáticos:  120/70-17 y 180/55-17
Distancia ejes:  1.436 mm
Altura asiento: 805 mm
Peso -llenos-:  196 kg
Depósito:  13,5 l
Consumo medio:  5,2 l/100 km
Autonomía teórica:  260 km
Garantía oficial:  3 años
Importador: Ducati Ibérica, Desmotron S.L.U.
Contacto:  961539344
Web:  scramblerducati.com/es/

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