Pruebas
Ducati Scrambler Icon: Siéntete libre
Hay cosas que no se pueden ocultar y mi predilección por las neoclásicas como la nueva Ducati Scrambler Icon es una de ellas. Son motos diferentes, con personalidad, de ese tipo de monturas que te hacen ir orgulloso sobre ella, pues sabes a ciencia cierta que vas a ser el centro de atención allá donde vayas. Pero la nueva Scrambler no es simplemente una cara bonita, también es una moto muy moderna y divertida, excelentemente terminada y capaz de adaptarse a una infinidad de usos. De hecho, es un modelo muy polivalente, pues su filosofía Scrambler le porta la versatilidad que solemos buscar hoy en día en motocicletas como las trail, aunque, eso sí, con un aspecto mucho más atractivo.
Estilo neovintage
Los padres de la Scrambler se han fijado bastante poco en su antepasada; de hecho, no solo se trata de un modelo cien por cien nuevo, sino que da lugar al nacimiento de una nueva familia –con aires de marca– bajo el amparo de la firma boloñesa con hasta cuatro modelos o versiones a la venta. La Ducati Scrambler Icon es el más accesible de todos ellos, su precio de 8.450 euros en esta tonalidad amarilla lo convierten en uno de las baratos y, por tanto, bastante asequible para todos los bolsillos. Nos llevaremos a casa una moto icónica, original, solo hace falta sentarse sobre ella para darse cuenta que no se trata de una moto convencional. Su estilo es muy particular, con una fisonomía muy baja y plana en la que llama mucho la atención su extraancho y alto manillar y unos neumáticos enormes tipo mixtos que tienen en el modelo posterior, con una medida de 180/55 17”, su mayor exponente.
La sensación de control sobre la Scrambler es inmediata, el ancho manillar nos garantiza un control total sobre la rueda delantera, por lo que resulta sumamente fácil dirigirla hacia donde queramos a golpe de manillar. Además, es muy ligera y ágil, su asiento, a 790 mm del suelo, resulta muy bajito, por lo que demuestra una extraordinaria facilidad de manejo a la hora de maniobrar sobre cualquier tipo de superficie.
Aunque compacta, es bastante cómoda, su posición de conducción es muy natural, caracterizada por mantener la espalda bien erguida, los brazos bien abiertos y los pies ligeramente retrasados. El asiento es ancho, pero su mullido se nota un poco duro al cabo de los kilómetros, la porción del pasajero es un poco justa y las asas, colocadas bajo el asiento, le hacen mantener una postura un poco extraña. Como toda Scrambler, la cercanía del motor y los colectores al puesto de mando transmiten bastante calor al conductor, que, en ciudad y circulando en tráfico muy denso, se verá un tanto afectado por este hecho.
La versatilidad de la Scrambler es un factor muy a tener en cuenta, Ducati ha diseñado una moto pensada para ser usada todos y cada uno de los días de la semana, por lo que su comportamiento en ciudad es, también, muy importante en este modelo. Comparativamente es una moto pequeña, con una batalla bastante corta y una silueta muy estrecha que solo se ve afectada entre el tráfico urbano por el ancho manillar. Puede que este no nos lo ponga muy fácil a la hora de colarnos entre atascos, pero su magnífico radio de giro y la ya mencionada ligereza nos facilitan mucho las cosas en este sentido.
Otro de los aspectos a destacar en su diseño es la centralización de masas y bajo centro de gravedad, elementos como los escapes se han colocado en la panza de la moto y, en el caso del amortiguador posterior, se ha situado lateralmente para ganar espacio y conseguir una ágil distancia entre ejes. Con todo, la Scrambler demuestra una extraordinaria libertad de movimientos sin comprometer su estabilidad; en carretera, por ejemplo, se muestra superefectiva en tramos revirados, con un muy buen paso por curva y siendo realmente rápida en el inicio de las mismas.
Sus neumáticos Pirelli Dual Sport de tipo mixto no suponen ningún hándicap a la hora de circular sobre asfalto. Su blandísimo compuesto se pega a la carretera sin problemas y nos permite inclinar a placer. Al mismo tiempo, su redondea da y amplia sección garantiza una considerable superficie de contacto sin restarle agilidad en los cambios de apoyo.
Por si fuera poco, aunque no se trata de una moto todoterreno pura y dura, su diseño híbrido hace que se muestre bastante efectiva en un posible uso fuera de asfalto. Obviamente este no será su medio natural, pero gracias a ello se defiende de forma muy digna sobre pistas de tierra, firmes rotos o arenosos.
Muy divertida
En marcha, la Scrambler se nota bastante rígida, ello se debe principalmente a las suspensiones y, en concreto, al amortiguador trasero –colocado en el lateral izquierdo del basculante–, que demuestra un comportamiento bastante duro a pesar de su largo recorrido de 150 mm y de poder ser regulado en precarga de muelle. Se echa en falta un sistema de bieletas que le otorgaría un poco más de progresividad (va anclado directamente al precioso basculante asimétrico), pues de serie se nota un tanto seco en extensión, lo que se aprecia en mayor medida a la hora de superar tapas de alcantarillas, líneas de dilatación, badenes u obstáculos similares. Delante, observaremos un comportamiento totalmente contrario.
Como el amortiguador, la horquilla invertida Kayaba tiene un considerable recorrido de 150 mm, pero esta lo aprovecha bastante mejor, ya que absorbe con mayor eficacia las irregularidades del terreno y, sobre todo, con mayor suavidad, lo que evita que estas afecten a la dirección. Aunque trabaja realmente bien tanto en extensión como en compresión, en este último punto resulta un poco blanda, en especial cuando tiramos con fuerza del freno delantero, donde se comprime con rapidez; eso sí, sin aprovechar en ningún momento el máximo de su recorrido. Y es que Ducati le ha conferido a la Scrambler un sistema de frenado bastante agresivo pero muy seguro al mismo tiempo, ya que llega con ABS de serie.
Para darse cuenta de su calidad, solo tendremos que fijarnos en el material empleado en el tren anterior, donde encontraremos una poderosa pinza monobloque de cuatro pistones y anclaje radial firmada por Brembo mordiendo un enorme disco de 330 mm de diámetro. El tacto es prácticamente inmediato y muy contundente en este eje; aunque presionemos con suavidad la leva derecha, inicialmente la pinza aplica una fuerte presión sobre el disco, lo que le resta un poco de tacto y hace que la horquilla se comprima más rápido al principio. En cuanto a potencia, obviamente vamos realmente sobrados, los cuatro pistones actúan con mucha fuerza y son capaces, por ellos mismos, de detener a la Scrambler en una distancia mínima.
Por último, detrás, el disco de 245 mm y la pinza de dos pistones utilizados desarrollan un funcionamiento impecable, gozan de un excelente nivel de potencia y, además, tienen un tacto agradable y preciso que nos vendrá de maravilla para timonear en curva.
Esencia Ducati
Para terminar, Ducati monta en la Scrambler el ya conocido bicilíndrico en L a 90º de 803 cc, refrigerado por aire y aceite, con culatas DOHC de cuatro válvulas y distribución Desmo. Este desarrolla una potencia de 75 CV a 8.250 rpm que le va como anillo al dedo a una moto de sus características, pues aunque es capaz de alcanzar unas prestaciones muy destacables, resulta muy controlable y eficiente en un uso diario. Su respuesta desde parado es inmediata, quizás con un tacto de acelerador un poco brusco al principio, pero acelera francamente bien desde abajo, sube de vueltas con soltura y su par de 6,9 kgm a 6.750 rpm le confiere un empuje constante y contundente. Como suele ser habitual en las mecánicas boloñesas, se trata de un motor con carácter con un nivel de vibraciones apreciable pero para nada molestas y, al mismo tiempo, con una capacidad de tracción envidiable que se nota especialmente en la salida de las curvas.
Cambio y embrague demuestran una sincronicidad absoluta: el primero posee un escalonamiento adecuando para sacar todo el máximo partido a su potencia y se desenvuelve de forma precisa y fiable; el segundo nos obsequia con un tacto suave que lo hace muy agradable de accionar incluso en un uso continuado.
En cuanto a consumo, la media extraída en uso mixto entre carretera y ciudad fue de unos buenos 5,7 l a los 100 km, lo que, sumado a su depósito de 13,5 litros de capacidad, arroja una autonomía teórica de unos 237 kilómetros, que no está nada mal para una moto de sus características.
La Scrambler es una bocanada de aire fresco al mundo de las dos ruedas, con mucha personalidad, ágil, divertida y polivalente y que, a pesar de sus cuatro defectillos, va a ser un nuevo referente entre los más jóvenes.
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