Ducati Ghost. El fantasma del futuro

Ducati Ghost. El fantasma del futuro

¿Será esta la máquina de Borgo Panigale del siglo XXI? ¿Podrá la Ducati Ghost convertirse en una realidad o sólo será una breve aparición, una mera ilusión de lo que podría haber sido?

Por el momento es un sueño que ha tomado forma de la mano de una mente… ¿calenturienta o visonaria?

No es una idea nueva, pero la aplicación en este caso, de tecnología híbrida no deja de ser espectacular. Y todo surge de la mente de un joven diseñador danés, Daniel Kemnitz, que ha imaginado y proyectado la que podría ser la Ducati híbrida del futuro.

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En este caso no se trata de un simple ejercicio de elucubración, si prestamos un poco de atención podemos encontrar ideas con sólidas bases, susceptibles de ser aplicadas en un posible prototipo.

Para empezar nos encontramos con un bastidor de estilo doble viga con anchas paredes de fibra de carbono de forma que rigidez y ligereza van de la mano. En el tren delantero no podía conformarse con un esquema habitual y se ha optado por una suspensión de tipo Hossack, con dos brazos rígidos y un amortiguador vertical bajo la dirección.

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Para el trasero nuestro diseñador se inclinó por montar un basculante monobrazo que se une al amortiguador mediante una estructura basculante formada por un tirante de estructura tubular de sección rectangular.

Tampoco se escapa a la originalidad el conjunto de ruedas. La delantera emplea una llanta de gruesos radios asimétricos que encaja dos enormes discos de freno perimetrales mordidos por pinzas radiales. Por su parte, la llanta trasera muestra un diseño semilenticular y parece estar diseñada en carbono.

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Dos mejor que uno

La Ducati Ghost hace honor a su planteamiento híbrido montando una pareja de propulsores, cada uno de naturaleza muy diferente pero perfectamente integrados en su estructura.

La idea de Kemnitz es que los dos motores puedan trabajar tanto separado como al unísono y para ello el de combustión ocupa la parte central, fijado por a la altura de su culata al bastidor, en tanto que el eléctrico se sitúa como continuación de este y es abrazado por la parte baja del chasis.

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La planta de explosión sería un 500 c.c. bicilíndrico paralelo de 80 CV que contaría con la posibilidad de arrancarse manualmente o cobrar vida de forma automática al alcanzar los 80 km/h.

Su socio eléctrico sería un motor Brushless de casi 70 CV, de manera que cuando ambos trabajasen en comunión la Ducati Ghost alcanzaría los 150 CV. No está mal.

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El motor de explosión se alimentaría gracias a un pequeño depósito de 10 litros ubicado en lo que vendría a ser el sillín, en tanto que el eléctrico se nutriría de un par de baterías alojadas bajo el motor. Precisamente tras ellas asomarían los dos silenciosos de escape.

La transmisión sería directa, de una sola velocidad y con el motor eléctrico conectado a un cigüeñal a través de unas zapatas.

Luces led, instrumentación TFT y una electrónica de última generación rematarían el conjunto.

¿Estás dispuesto a cazar la Ducati Ghost?

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