En 2003 la compañía petrolera malaya Petronas decidió aventurarse en el Mundial de SBK (tras descartar hacerlo en el de MotoGP) con una moto propia, propulsada por un motor tricilíndrico de 900cc, desarrollada por Sauber (la misma empresa británica de F1). Se construyeron 150 unidades de calle (de 127 CV) para su homologación, las primeras 75 en el Reino Unido contruidas por MSX y la segunda serie de 75 en Malasia, fabricadas por Modenas.
El excampeón mundial de SBK Carl Fogarty unió fuerzas con Petronas y corrió con ellos durante un par de años. Aunque el repentino cambio de reglamentación desfavoreció a las motos malayas frente a las 'tetras' japonesas en 2004 consiguieron un par de podios. Finalmente, el proyecto terminó en 2005.
De las 150 unidades fabricadas para homologación, 50 se dedicaron a la competición y las 100 restantes se destinaron a la venta, aunque no se vendieron todas.
MCN descubrió hace tres años 60 unidades en un almacén de MSX en Essex (G.B.), que adquirió la empresa Momoto a Petronas para venderlas bajo el nombre de Momoto MM1, llegando incluso a realizar una presentación al año pasado. Pero la sorpresa fue que no podía comercializarlas al estar pendientes de pago 6,6 millones de libras en concepto de aranceles aduaneros, por lo cual, Momoto ha puesto una denuncia por valor de 60 millones de libras a Petronas.
Posiblemente la empresa malaya aun se estará arrepintiendo de haberse embarcado en tal aventura.