“De Boí a la Operación Impala”, el nuevo libro de Santi Ruiz

“De Boí a la Operación Impala”, el nuevo libro de Santi Ruiz

Calificar la Montesa Impala simplemente como un “vehículo motorizado de dos ruedas”, una moto, es quedarse corto.

Hay quien apuesta por definirla como “una religión”, lo que desde mi punto de vista y teniendo en cuenta mi escasa querencia y relativo afecto por lo eclesiástico me parece excesivo. Aunque, si nos ciñéramos exclusivamente a este perfil, estaría de acuerdo en señalar que el mejor apóstol evangelista de esta creencia es mi admirado amigo Santi Ruiz. Su capacidad para recoger todos los datos e historias alrededor de esta Montesa es tan grande que le ha inspirado para la redacción de un nuevo libro -sí; ¡otro!- sobre la revolución de la movilidad que puso en marcha Leopoldo Milà en 1962.

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A mi modo de ver, la Impala es mucho más que una moto; es un “movimiento”, sí, pero algo diferente a una religión. La Montesa más famosa de todos los tiempos es “una forma de vida”. Y creo que en esto, al menos en esto, los entusiastas del único medio de transporte de la historia capaz de generar una onomatopeya propia (“pam, pam, pam…”) me darán la razón.

La vida de las personas, incluso las de las cosas, alcanzan su máximo esplendor grandes con hitos que son, precisamente, lo que han bruñido con mayor lustre el conjunto de su existencia.

En el caso de la Impala, su historia se escribe desde el relato de miles de entusiastas usuarios de esta moto que, aún hoy, siguen usándola para sus desplazamientos en la medida de lo posible y de lo que les es permitido.

Cada Impala tiene su libro, porque la biografía de cada uno de sus usuarios es una verdadera gesta en sí misma.

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El “evangelio”  montesista, según Santiago

Pero esta vez, el apóstol Santiago (Ruiz) nos ha recopilado un nuevo evangelio montesista que, con el objetivo de la famosa “Operación Impala” (1962) como eje vertebrador, nos cuenta las peripecias de los primeros practicantes del motociclismo de montaña en nuestro país, y que llevaron a una de las epopeyas más sugestivas del motociclismo pionero de aventura en España.

Historias magníficas, anécdotas interesantes, proyectos rebosantes de creatividad, ambiciones empresariales y, por encima de todo: amor. Porque “De Boí a la Operación Impala” es justamente esto: una historia de amor.

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Un relato de vida

Nos cuenta Ruiz que Don Leopoldo Milà, el genio creador de la Impala y de otros productos no menos trascendentes, decía que la clave del éxito de su diseño radicaba en “el triunfo de lo sencillo”.

No se lo pierdan. Tanto si se consideran feligreses de la religión montesista, como si simplemente son lectores ávidos de conocer historias humanas y, sobre todo, si ustedes son propensos a las emociones, esos sentimientos que tanto disfrutamos quienes creemos que la moto sirve especialmente para mantener el alma “¡Viva!”. Como Montesa.

“De Boí a la Operación Impala” son 350 páginas que desbordan entusiasmo, pasión. Bien editadas, mejor escritas, magníficamente dibujadas (los gráficos obra del multidisciplinar Ruiz merecen por si solas una admiración suprema) y excelentemente documentadas por unas fotografías que, más allá de su inmenso valor histórico, constituyen unas ventanas a través de las cuales cuando el lector se asoma si agudiza bien el oído, puede escuchar un sonido inconfundible, único, evocador: pam, pam, pam… ¿Ya saben de qué les hablo, verdad?

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Viaje en el túnel del tiempo

La presentación de la obra “De Boí a la Operación Impala”, en casa SEAT,  fue un acto magnífico en el que el propio Santi Ruiz fue sacando lo mejor de los distintos protagonistas del libro presentado.

El primero en comparecer fue Paco Mateo, el dueño de las llaves de la historia de Montesa, a quien como no podía ser de otra forma la obra va dedicada. Paco, habló de cómo era Leopoldo Milà, y de lo innovadores que fueron sus planteamientos técnicos  para la Impala, con su cambio de marchas absolutamente integrado en el bloque motor. Curiosamente, los Milà tenían vínculos familiares con los Bultó, pero siempre fueron grandes admiradores de Pere Permanyer, el hombre que hizo realidad el sueño de Montesa.

Escuchar a Juan “Tei” Elizalde siempre es una agradable lección de vida, pero sobre todo un deleite para los oídos por su amable relato, siempre distinguido. La humildad con la que Tei nos explicó como iban de excursión en los años 50 con los esquís amarrados a los laterales de la Montesa Cabra -un embrión de la Impala- da validez a su genial eslogan: “la moto es libertad”.

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La clase con la que Oriol Puig Bultó capeó los comentarios sobre su relación con Bultaco debería estudiarse en las escuelas de diplomacia. No olvidemos que pese a su vinculación familiar, el primer medallista español en unos ISDE fue Montesista antes que escudero de la marca del pulgar rampante. Puig Bultó, que participó en cuantas carreras estuvieron a su alcance recuerda que fue Tei precisamente (el ganador de la segunda edición de las 24 horas de Montjuic, el primer enfrentamiento real en pista de las dos marcas rivales) quien le inició en el off-road.

“Aquello no parecía una fábrica. Todos trabajábamos todo el día… ¡cantando¡ éramos una familia alegre y feliz”, recordó Gregorio García, toda una vida consagrada a Montesa desde que empezó con 14 años barriendo los talleres hasta llegar a ser jefe de motores.

La historia de un sueño colectivo

Eliseo Carrera nos divirtió con el relato de las anécdotas de su padre con don Paco Bultó; Pere Auradell, otro representante de los grandes concesionarios que, como el de Zaragoza de Carrera, tuvo este último en Girona, jugando un papel clave en los momentos de crisis nos contó la unión de la red comercial con la familia Permanyer.

La emoción la puso Pere Pi con sus recuerdos de sus inicios como piloto de Montesa, procedente de Derbi, su “otra” marca a lo largo de toda una vida de éxitos en las carreras.

El propio Tei Elizalde, junto con Enric Vernis -a quien en la Operación Impala le llamaban “Mr Cook” porque era el encargado de la intendencia de todo el equipo- son los dos únicos supervivientes de aquel fenomenal Dream Team que cubrió 20.000 kms. durante cuatro meses de expedición por el continente africano al manillar de aquellas rojas 175 de dos tiempos, y por supuesto nos narraron algunas anécdotas espectaculares que podemos leer en la obra de Ruiz.

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Recuerdos para la eternidad

Los hijos de Oriol Regás, Rafa Marsans y Manolo Maristany -que ya nos dejaron hace tiempo, lamentablemente- también amenizaron con las vivencias de sus padres el acto de presentación del libro.

Las nuevas generaciones de los impulsores de la Montesa Impala quedaron representadas por Jordi Cañellas -nieto del fundador de la marca- y José María Milà, que nos obsequiaron con el relato de pasajes familiares impagables.

En la presentación no faltó Mercedes Milà, la popular periodista, cuyas espontáneas intervenciones pusieron la chispa a un acto largo en el tiempo, pero que se hizo increíblemente corto por la pasión (y el amor) que transmitió.

De verdad, no se pierdan este libro. Leánlo. Se van a divertir, pero sobre todo se van a emocionar: “De Boí a la Operación Impala”, algo así como… con Montesa al cielo.

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