Cuestión de fe… ¡en la electrónica!

Cuestión de fe… ¡en la electrónica!

El innovador control de estabilidad que Bosch ha desarrollado con la colaboración de KTM y que hemos podido probar con la 1190 Adventure es todo un desafío a la física: permite frenar con la moto inclinada a alta velocidad sin miedo a terminar por los suelos. Puedo decir que es lo más alucinante que he visto en materia de seguridad en toda mi carrera como periodista del mundo de las dos ruedas.

Cuarta marcha y 95 km/h en el velocímetro. La punta de la bota izquierda rascando de vez en cuando el asfalto mientras la 1190 Adventure sigue inclinada a tope dibujando un círculo constante en un centro de pruebas alemán. Y de pronto, aprieto los frenos a fondo.

Semejante osadía, en cualquier otra moto, se paga con una caída inmediata. Llevando el neumático delantero al límite de su adherencia, cualquier insinuación al freno conlleva el deslizamiento de la rueda y un buen arrastrón por el suelo.

Pero no con esta Adventure, que dispone del sistema Motorcycle Stability Control desarrollado por Bosch y KTM. Al apretar la maneta del freno delantero, la horquilla se sacude, el neumático Continental chirría… y segundos después ya he soltado el freno, el neumático vuelve a tener agarre y sigo recorriendo el círculo pintado de blanco como si nada hubiera pasado.

Si hubiera seguido presionando la maneta, la KTM se habría limitado a frenar con fuerza y seguridad y recuperar progresivamente la posición vertical hasta detenerse, sin sufrir ninguna reacción adversa en la dirección ni abrir la trazada.

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Sé que la escena que describo suena poco creíble, o directamente imposible. Yo mismo pensaba igual antes de experimentar con el control de estabilidad MSC durante uno de los días más inesperadamente inolvidables que he vivido sobre una motocicleta. Me habría costado mucho creer en la capacidad de una moto para reaccionar así ante una frenada en posición inclinada. Pero ahora sé que con el Motorcycle Stability Control es posible.

No nos engañemos, esta dimensión nueva y alucinante de los frenos ABS es fruto de un desarrollo y una inversión enormes. El control de estabilidad MSC es el avance de seguridad más importante que he experimentado en 30 años como periodista del mundo de las dos ruedas. Y casi está listo para salir al mercado con la Adventure. Además, estoy seguro de que pronto lo veremos en más modelos KTM y en máquinas de otras marcas.

Salvará más vidas

No cabe duda de que el ABS ha salvado muchas vidas desde la llegada de los primeros sistemas –relativamente toscos y en absoluto infalibles– a principios de los años 80. Las últimas versiones de la frenada antibloqueo son realmente impresionantes. Pero incluso los mejores ABS del mercado se activan, básicamente, por una reducción en la velocidad de la rueda y sólo pueden lidiar con un grado de inclinación de la moto bastante reducido. Dado que el ABS hace más falta cuando la moto está inclinada –sea en una curva o para evitar un obstáculo–, su efectividad es limitada.

La clave del nuevo sistema de Bosch es el sensor del ángulo de inclinación (de nombre SU-MM5.10). Este dispositivo inteligente tiene aproximadamente el tamaño y el peso de un reloj de pulsera, consume menos de una décima de amperio de potencia y puede registrar datos sobre la inclinación longitudinal y transversal de la moto 200 veces por segundo.

Apretar el freno delantero a casi 100 km/h con la moto tumbada, haciendo chirriar el Conti delantero, es ya una cuestión de fe ciega en la electrónica

El equipo de desarrollo de Bosch, con sedes en Japón y Alemania, ha combinado este sensor con el ABS más novedoso de la marca, el 9M, que se usa en muchas motocicletas tope de gama. Los técnicos invirtieron 18 meses en los cálculos algorítmicos y las pruebas del sistema. Un ingeniero incluso estrelló a propósito una motocicleta con ABS convencional. Sin embargo, Bosch insiste en que ningún probador se cayó usando el MSC.

Las explicaciones técnicas y los vídeos previos que nos ofreció Bosch fueron convincentes, pero yo seguía un poco nervioso cuando llegamos a la primera sesión de pruebas en las instalaciones de Bosch en Boxberg, cerca de Frankfurt. Nos mostraron un tramo de adoquines pulidos y nos dijeron que rodásemos sobre ellos y frenásemos con todas nuestras fuerzas con la moto inclinada. Aunque esa superficie de baja fricción requería velocidades bajas y ángulos de inclinación discretos, me aseguré de girar en dirección opuesta a las agujas del reloj con la esperanza de que ninguna caída me fastidiase el hombro derecho, acabado de operar.

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Pero no me estrellé por más que lo intenté. Qué sensación tan extraña, frenar a fondo con la moto inclinada en una superficie tan deslizante, notar la sacudida de la dirección y seguir rodando sin problemas en lugar de terminar por los suelos. Hubo unas cuantas ocasiones en las que el tirón del manillar me hizo pensar que realmente me estaba cayendo, pero el sistema me salvó cada vez.

El MSC conecta los frenos de ambos ejes e incorpora control de tracción, dispositivo que evita los caballitos y las levantadas de rueda trasera al frenar, y de ayuda al arranque en subida. Cuando ya tenía plena confianza en el dispositivo, me resultó muy divertido abrir gas a tope con la KTM inclinada en segunda sobre los adoquines y ganar aceleración de forma muy controlable sin salir despedido. Tras media hora jugando con la tecnología, calculé que me había ahorrado unas 50 caídas. Impresionante.

Todavía fue más alucinante pasar a la zona de asfalto y frenar a fondo con la moto totalmente inclinada siguiendo un circuito semicircular de conos. Luego pasamos a otro tramo donde seguí al ingeniero de Bosch Christian Gröger por una serie de tres círculos de radio creciente, presionando repetidamente el freno delantero o el trasero sin más consecuencias que seguir resiguiendo la circunferencia.

El círculo de mayor diámetro era el mejor, porque al apretar el freno delantero con la moto tumbada a casi 100 km/h no sólo sentía la sacudida de la dirección, sino también el chirriar del Conti delantero. Pero el MSC seguía gestionando la frenada y evitando la desgracia. Tras una decena de vueltas, calculo que más o menos nos salvamos de otras 50 caídas. Al terminar las pruebas, me pasé horas rememorando atónito lo que acababa de experimentar. Era increíble.

Para todas las motos

Lo mejor de todo es que esta experiencia estará al alcance de todos, al menos de quienes se puedan permitir la nueva 1190 Adventure. El coste es una desventaja importante en las tecnologías de seguridad más avanzadas, pero el MSC tiene la ventaja de que no requiere cableado ni sensores adicionales a los que ya incorporan el ABS y el control de tracción originales de la Adventure.

La versión más sofisticada de la 1190 Adventure de 2014 incluirá de serie el control de estabilidad MSC y las suspensiones de ajuste electrónico. La Adventure R sólo tendrá de serie el MSC. El sistema puede montarse también en las Adventure de 2013 por 400 euros, gracias a una actualización de software que no lleva más de 15 minutos.

El sistema puede montarse también en las Adventure de 2013 por 400 euros, gracias a una actualización de software que no lleva más de 15 minutos

De entrada, el sistema se empleará sólo en las Adventure. Ni siquiera la nueva Superduke R lo recibirá por el momento, en parte porque el MSC requiere ajustes extensivos y adaptados a cada modelo de motocicleta. Aunque KTM se ha implicado con Bosch en el desarrollo de esta tecnología, las marcas no han firmado ningún acuerdo de exclusividad, de modo que el MSC podría aparecer en modelos de otras firmas a partir del próximo año.

El MSC funciona y parece preparado para hacer que rodar sobre dos ruedas sea mucho más seguro que nunca.

Cómo funciona el MSC

Si el MSC detecta que una rueda está comenzando a bloquearse, el ABS activa el modulador de presión en el circuito hidráulico del freno. Así, la presión de frenado disminuye y se recupera en una fracción de segundo, de modo que a cada rueda se le aplica la potencia de detención adecuada para evitar un bloqueo. El sistema conecta electrónicamente los frenos de ambos ejes y está diseñado para distribuir la fuerza de frenado de forma óptima entre ambos ejes –es una frenada combinada electrónica, del mismo modo que el sistema E-CBS de Honda–. El MSC incrementa la estabilidad y reduce la tendencia de la moto a levantarse en frenadas potentes y, por tanto, a abrirse en los virajes.

Texto: Roland Brown

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