Cuando los sueños se convierten en pesadilla

Cuando los sueños se convierten en pesadilla

Es fácil meterse en la piel de un piloto cuando un buen día le llega la oportunidad de correr en el Mundial. Como es lógico, lo inmediato es un tremendo subidón  –“¡El Mundial!... ¡Los GGPP!”– y a partir de ahí, la imaginación se dispara. Esta ilusión les lleva a verse allí, en los repletos circuitos del Campeonato del Mundo, peleando con los mejores del momento, disputándoles victorias y, por qué no, el campeonato.

Y es como tiene que ser, porque estas esperanzas son las que mueven el deporte hacia delante… aunque en el 99 % de las ocasiones, estas expectativas finalmente no se materializan. Y no sólo eso, porque hay ocasiones en los que este sueño se convierte en una pesadilla, en las que el ilusionadísimo joven piloto descubre que las rosas tienen espinas y que en el camino hacia la cima hay muchos más momentos amargos que dulces.

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“Tras dos carreras, el sueño se esfuma”

Juanfran Guevara ha sido precisamente de estos pilotos que sufre más que se divierte. Para escribir sobre él, estuve especialmente pendiente de sus evoluciones durante el trío de GGPP consecutivos de Indianápolis, Brnoy Silverstone. Regularmente me fui a dar una vuelta por los suburbios del paddock del Mundial, no para hablar con él, sino con la intención de observar; observarle a él, al equipo y la manera de comunicarse entre ellos. Y la verdad, desgraciadamente parece que el guión de estas tres carreras pareció estar escrito para Cuando los sueños se convierten en pesadilla, porque resultaron un verdadero calvario para el piloto murciano: el balance de las tres semanas en la carretera fue de dos caídas y un abandono.

En su primera temporada en el Mundial, llena de dificultades, Guevara ha aprendido que la realidad de los GGPP es implacable, incluso cruel

No resultó extraño pues que en mi paseo del viernes por la tarde en Silverstone me topase con un Juanfran hundido. Sentado en su silla, todavía con el mono puesto, era la imagen de la desolación. Cómo le vería, que me metí en su box para intentar animarle. Me puse en cuclillas a su lado. ¿Qué tal vas?”“Mal, muy mal, no funciona nada, ni el chasis, ni el motor, nada…, me respondió con los ojos llenos de lágrimas.

Se puede decir que Juanfran Guevara empezó en esto de las carreras casi antes de ayer, concretamente en 2007… “Cuando tenía 11 años ya”, dando a entender que ya casi se le había pasado el arroz. “La verdad es que lo hice más porque me llamaba la atención que porque me gustasen las motos”. Los dos estamos sentados en una mesa del hospitality de su equipo; un poco más allá, en otra, algunos familiares. Suelo venir con mis padres, sobretodo mi padre”, me explica cuando le pregunto por quién cuida de sus intereses en el paddock del Mundial.

Tras su paso por campeonatos regionales –“en 2010 corrí en cuatro categorías con dos equipos diferentes y tres motos diferentes–, destacar posteriormente en el CEV y terminar subcampeón de Europa en Moto3, llegó el momento de plantearse dar el salto a los GGPP. Con esta trayectoria y algo de dinero de patrocinios locales –Pramac, Hero Muesli y una empresa del Grupo Acciona–, a Juanfran Guevara no le resultó difícil encontrar una moto para correr Moto3 en el Mundial. Lo hizo de la mano de CIP Moto Team.

Lo cierto es que en un primer momento los resultados fueron muy esperanzadores, ya que “en los tests de pretemporada en Jerez hicimos quintos, y claro, yo pensaba que este año podríamos estar entre los quince primeros. Pero después empezaron a llegar las pistas que no conocía y se me atragantaron un poco. También está el ritmo del Mundial. En el CEV es todo más amigo, mientras que aquí cada uno va a su bola Me lo esperaba de otra manera”.

Dicho de otra forma, después de los primeros fuegos artificiales, la cruda realidad del Campeonato del Mundo no tardó en enseñar la cara.

Sin perder la ilusión

“Una vez que pasan dos carreras, esto se convierte en otra cosa, el sueño se esfuma

, explica Juanfran con una sonrisa de resignación. Se toma unos segundos para reflexionar, y da la sensación de que está dándole un repaso a los once GGPP disputados hasta ese momento.

“Al principio fue mejor de lo que nos esperábamos, pero el equipo se ha descuidado un poco con el material”, apuntilla, aunque inmediatamente añade, como pensando en voz alta… “Bueno, no ha sido sólo culpa de ellos, yo también he estado un paso por detrás, aunque creo que intento luchar con lo que tenemos”.

A pesar de lo cuesta arriba que en algunos momentos se le hace verse donde se ve en la clasificación, a pesar de los momentos de impotencia, a pesar de las frustraciones que se van acumulando, Juanfran no ha perdido ni la ilusión ni la confianza en sí mismo. Todavía ve el vaso medio lleno. “Se necesita dos o tres años para estar delante, buenas motos, conocer los circuitos y tener un buen equipo. En principio mi intención es continuar en el que estoy porque tendremos posibilidades de mejorar”. Si al final el piloto de Lorca conseguirá hacer realidad los sueños que se imaginó cuando llegó al Mundial lo dirá el tiempo. De momento ha aprendido ya que la realidad en los GGPP es implacable, yo diría que cruel. No basta con ser rápido y tener un buen equipo. Para triunfar es imprescindible ser determinado, obstinado, decidido… Sólo los mentalmente fuertes salen adelante.

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