Comparativa scooter GT 300: Introducción

Si hasta no hace mucho los dos y medio eran considerados la gama media dentro del mundo del scooter, con la diversificación de cilindradas que hay hoy en día y la consolidación del carnet A2, se han visto desplazados en favor de los actuales 300 c.c.. Y es que los fabricantes parecen haber encon­trado un nuevo filón de donde sacar nuevos clientes, la gran mayoría, convencidos de que este pequeño au­mento de cilindrada les aporta pocos pero importantes beneficios.

Para ser sinceros, ésta es una nueva maniobra comercial por parte de los fabricantes para vendernos algo nuevo. Puede que tras ella esté el valor estratégico de algunos modelos de gran interés en ciertos mercados europeos como el italiano, pero en resu­midas cuentas, un porcentaje muy alto del incremento de cilindrada se debe a una nueva maniobra de marketing por parte de las marcas.

Desde el punto de vista del usuario, tampoco nos importa demasiado, al fin y al cabo, para conducir cualquiera de ellos se precisa el mismo carnet, entre ambas cilindradas tampoco existe una gran diferencia de precio y, en lo que a conducción se refiere, ni su tamaño, ni su manejabilidad son tan distintos. Puestos a hilar fino, se podría decir que esa diferencia de cubi­caje comporta una mejor respuesta mecánica, que, principal­mente, se nota a la hora de acelerar y recuperar, dos argumen­tos de peso que, en el día a día, se acaban valorando.

MULTITAREAS

Verdaderamente la calidad dentro de la cilindrada es muy alta, sobre todo cuando centramos el foco de atención en los gran turismo, sin lugar a dudas y salvo algunas excepcio­nes, los reyes de la cilindrada. Por muchas razones que os iremos desvelando a lo largo de este comparativo, scooters como los de hoy se muestran como el punto intermedio entre los pequeños 125 c.c. y los grandes megascooters. Por precio, versatilidad y comportamiento, son lo bastante equilibrados como para llevar a cabo todo tipo de funciones y usos, más allá de lo que nos podamos imaginar. Incluso llegan a ser tan fáciles y funcionales para movernos a diario por las calles de nuestras ciudades, como potentes y diverti­dos para disfrutar de ellos en nuestros fines de semana. No se niegan a nada.

El listón está muy alto, sólo hace falta echar un vistazo rápido a nuestros cuatro invitados para saber de lo que estamos hablando. Son scooters con todo tipo de lujos, con carrocerías de diseños espectaculares que al mismo tiempo ofrecen una perfecta protección y unas posiciones de conducción superconfortables que harán de nuestros desplazamientos un auténtico placer. Y lo mejor de todo no acaba ahí; bajo sus lustrosos trajes, todos ellos cuen­tan con unas soluciones tecnológicas de última hornada, con propulsores de última generación y sofisticaciones como las frenadas ABS disponibles en todos y cada unos de ellos. En definitiva, unos modelos gama premium que, incluso en algunos casos, los podemos encontrar a precios muy interesantes.

ENTRANDO EN MATERIA

Desde el punto de vista del equipamiento, el Sym Joymax es uno de los más seductores, es posiblemente el mejor dotado en este aspecto, ya que llega con algunos elementos como las luces antiniebla, la apertura del asiento eléctrica, el respaldo para el pasajero o el sorprendente sistema de calefacción para las piernas del conductor que son la envidia de sus competidores. Por supuesto, aunque el taiwanés gana el primer envite, sus oponentes no se quedan atrás, pues también tienen algunos ases escondidos bajo la manga que vale la pena destacar, como las levas de freno regulables del Kawasaki J 300 y el Super Dink, o el juego de conmutadores que hay flanqueando el clausor del Forza, que dan acceso a zonas como el cofre, el depósito de gasolina o una de las guanteras apretando un solo botón.

Obviamente, los puntos en común son muchos más, como por ejemplo unos cuadros de instrumentos amplios y ordenados con muchísima información, como en el caso del Honda; tomas de corriente, doble caballete o unos potentes grupos ópticos incluso con la incorporación de leds en lo que se refiere a luces de posición.

La seguridad contra el robo también ocupa un apartado muy importante en los cuatro, de modo que gozaremos de sistemas tan sofisticados como el conocido HISS de Honda o el conmutador de desconexión de encendido en el Sym, u otros mecanismos más sencillos pero igualmen­te efectivos como los bloqueos magnéticos en el clausor del Kymco, el Kawasaki y el Sym.

Pero si por algo destacan, es por su excelente capacidad de carga, gracias en gran parte a los habitáculos que tie­nen bajo los asientos que, salvo en el caso del J 300, son capaces hasta de dar cabida a dos cascos integrales. Son cofres muy útiles pero también muy bien solucionados, ya que al mismo tiempo, todos menos el Honda disponen de luz de cortesía (en el caso del Kawasaki y el Kymco por led) y de un sistema de soporte que los sujeta mientras están abiertos.

Su buena predisposición a transportar objetos también se debe a un completo surtido de guanteras (muy capaces en el caso del Forza) o a los siempre útiles ganchos por­tabolsas que hallaremos en los contraescudos del J 300 y el Super Dink.

PROTECCIÓN Y CONFORT

Gran parte de los usuarios que acceden a un GT lo hacen porque, frente a scooters de otras filosofías, modelos como nuestros invitados protegen mejor de la suciedad y las inclemencias meteorológicas y, por otro lado, son sustancialmente más cómodos.

En lo primero cuenta muchísimo la amplitud de los escudos y el tamaño de los parabrisas, que siempre acompañan a un gran turismo; la acción conjunta y la aerodinájercida entre ambos es fundamental para que el conductor quede perfectamente protegido sin sufrir, al mismo tiempo, las turbulencias dentro del habitáculo que en algunos modelos se pueden detectar.

Globalmente, los dos mejores son el Kymco Super Dink y el Sym Joymax. El primero puede que cuente con un pa­rabrisas más estrecho, pero su frontal es el más ancho de los cuatro y sus picudas formas desvían muy bien el aire frontal. El Joymax tiene una pantalla más ancha e igual de alta, lo que viene de maravilla para los hombros y el cas­co, pero en ciertos momentos, su escudo, más estrecho, no protege tan bien las piernas. Por su parte, el J 300 es prácticamente igual de efectivo que los dos primeros, el escudo tiene prácticamente el mismo tamaño que el del Kymco, aunque su pantalla es un poco más baja que la de ambos.

En último lugar tenemos al Forza, excelente en cuanto a la protección de las piernas pero muy limitado por el para­brisas deportivo que llega de serie (se puede adquirir uno más alto opcionalmente), que resulta sólo algo eficiente cuando circulamos a gran velocidad y el aire desviado ejerce de pantalla protectora.

Es curioso, pero lo que le falta al Forza en confort nos lo compensa en comodidad. Junto con el Joymax, gozan de las posiciones de conducción más confortables, con acoge­dores asientos con buenos apoyos lumbares, los manillares bien colocados y unas plataformas reposapiés muy espacio­sas que nos permiten estirar las piernas cómodamente.

En este apartado, el Kawasaki y Kymco, pese a ser muy parecidos, presentan diferencias sustanciales. El primero cuenta con un mejor asiento gracias a que su mullido se ha aumentado (a pesar de sacrificar la capacidad del cofre), pero su plataforma limita un poco el espacio de las piernas al haber sido recortada para que podamos bajarlas con mayor facilidad en parado.

En el caso del Kymco nos encontramos con un asiento que se nota un poco más duro y nos hace ir un poco más encajonados que en el resto, mientras que en cuanto a las piernas nos ofrece un poco más de espacio y también nos deja estirarlas con mayor amplitud hacia la parte media del escudo, aunque no con tanta comodidad como en el Honda o el Sym.

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