Chicas que despuntan en el deporte de la moto

Como en otros muchos ámbitos, la llega­da de la mujer ha sido tardía y no exenta de dificultades; en gran medida por cul­pa de muros artificiales creados por estereoti­pos sociales y culturales. No en vano, ha tenido, y tiene aún, que luchar contra ideas del tipo: es inferior a los hombres en las actividades depor­tivas, posee menor capacidad física, su cuerpo se masculiniza con la práctica de ejercicio, no muestra gran interés hacia la práctica deporti­va, existen algunos deportes apropiados para ellas y otros no…

Pero por suerte, como decíamos, en el mundo de la moto de competición, día a día, no dejan de romperse más y más costuras. Y el pasado 2014, sin ir más lejos, es una buena prueba de ello.

Miremos, por ejemplo, el Rally Dakar. Hace ahora un año, el raid más largo, duro y difícil de la faz de la tierra vio cómo por primera vez en sus tres décadas de vida, una piloto finalizaba en la decimosexta posición de la general. Y no sólo eso, en una de sus eta­pas, en la novena, era capaz de cruzar la meta en una excepcional séptima posición, el mejor resultado de siempre de una mujer en motos. Pero es que la cosa no acabó ahí, dos días des­pués de su gesta, en la undécima especial y du­rante un centenar de kilómetros, logró el mejor crono absoluto de esa sección por delante de nombres como Marc Coma, Cyril Despres, Joan Barreda o Jordi Viladoms, por citar algunos; ga­nadores de etapas y algunos de ellos incluso de la prueba en su pasado más reciente. ¿Su nombre? Laia Sanz.

La española cuenta a sus 29 años con un palmarés impresionante: ¡¡16 títu­los mundiales!! (13 en trial y 3 en enduro); los mismos que Toni Bou, ex compañero con quien comparte además el honor de ser el piloto con más Campeonatos del Mundo conquistados de la historia del motociclismo tras superar ambos esta temporada a todo un mito como es el ita­liano Giacomo Agostini.

Pero no todo acaba aquí y es que Sanz suma y sigue; enrolada en el potente equipo oficial Honda, ha agrandado aún más su le­yenda con el noveno puesto en el Dakar 2015 y finalizando quinta en la conflictiva etapa del Salar de Uyuni.

Por cierto, la británica Emma Bristow es quien ha recogido su testigo en el mundo del trial. Sin ir más lejos, la temporada pasada, la inglesa se convirtió en la tercera campeona del mundo absoluta de la especialidad tras la propia Sanz y la alemana Iris Kramer, ganadora de la corona en 2007; además de renovar el Campeonato de Europa de Trial conquistado en 2013 y ganar las SuperEnduro Series –el Mundial de Enduro Indoor– en categoría femenina, convocadas por primera vez la pasada temporada.

Cambiando de tercio, en el primer FIM CEV Repsol de la historia, úni­camente tres pilotos lograron ganar en su categoría estrella, Moto3: el francés Fabio Quartararo, Jorge Navarro y… ¡¡María Herrera!! Sí. Como ya hiciera en 2013, cuando el certamen lo gestionaba la RFME y Dorna, la española volvió a subir a lo más alto del podio en una de las citas del Mundialito, como se le ha denominado en los últimos tiempos de forma ca­riñosa. Asimismo, la primera mujer en ganar una carrera del CEV también tomó parte como piloto invitada en varios Grandes Premios del Mundial de Moto3.

Puede que 2014 no resultara tan brillante como su anterior campaña en lo referente a resultados. Sin embargo, ello no impedirá que su caracterís­tica coleta y su dorsal 6 sean una de las grandes atracciones del próximo Campeonato del Mundo de la especialidad. Una competición que, por pri­mera vez, reunirá en pista a dos pilotos de nuestro país: la propia Herrera y Ana Carrasco. Esta última, la española más joven en debutar y primera en puntuar en el Mundial, afrontará su tercera temporada en la élite. Sin duda, será interesante seguir el duelo a distancia entre las dos pilotos, que cuentan con trayectorias distintas, pero con el poderoso nexo común que supone su pasión por las dos ruedas. Más allá de eso, ambas tienen claro que su objetivo no es ser la mejor de una subcategoría femenina, sino escalar posiciones y pelear por hacerse un sitio en una clase muy reñida, donde deberán medirse con una treintena larga de rivales.

Pero no hace falta salir de nuestras fronteras para encontrar nuevos ejemplos. Basta con echar un vistazo al Campeonato de Andalucía de Velocidad; a la Serie 600. Y es que, por primera vez, una piloto, Andrea Sibaja, se alzó con el triunfo absoluto en dicha clase y se convirtió con ello en la primera mujer en conquistar una categoría de gran cilindrada en Es­paña. La andaluza, además, sumó otro mérito a su hito, ya que finalizó con éxito sus estudios universitarios de Turismo al mismo tiempo que desa­rrollaba su carrera en los circuitos, algo poco habitual en nuestro mundo.

Sin duda, las tres, así como otra de las nuestras, Elena Rossell, la primera mujer en competir en el Mundial de Moto2 en 2011 y 2012, son el mejor ejemplo para desterrar de una vez por todas uno de los clichés más desafortunados del mundo de la competición en circuitos de asfal­to, aquel que afirma que “en una parrilla, sólo encontramos paragüeras”.

Alicia Sornosa es una periodista madrileña que en septiembre de 2011 salió “a dar una vuelta en moto que acabó convirtiéndose en un gran paseo”, como ella misma explica. No en vano, se convirtió en la primera mujer española en completar la vuelta al mundo en moto. Sobre una BMW F650 GS recorrió durante año y medio los cinco continentes; más de 76.000 km para hacer realidad una aventura pro­tagonizada hasta ese momento sólo por hombres. Pues bien, en 2014, la española retomó sus viajes con dos nuevos proyectos; ambos de marcado carácter social.

El primero, bautizado “Carreteras Míticas”, fue un nuevo desafío en el que Sornosa, junto al chileno Andrés Pérez-Ramírez, recorrió en moto la Carretera Austral, en Chile; la Ruta 40, en Argentina; y el Camino de los Yungos –más conocido como La Carretera de la Muerte, en Bolivia, para acercarnos las vidas de las personas que viven aisladas al borde de estas carreteras, manteniendo tradiciones casi olvidadas y con mu­chas necesidades que aún, hoy en día, no están cubiertas.

Igual o incluso más intenso y emotivo resultó Héroes del Gobi, su siguiente aventura allá por el verano. Dos meses y más de 20.000 km atravesando toda Europa y Asia, de oeste a este, para volver a hacer historia y convertirse en la primera mujer en unir Madrid y Tokio en moto. Y encima por una buena causa: recaudar fondos para construir un tejado y escolarizar a los niños de una pequeña localidad de Ulán Bator (Mongolia).

Fuera de los circuitos, en los despachos, también están cambiando las cosas. Sin ir más lejos, en la pasada Asamblea de la Federación In­ternacional de Motociclismo, dos mujeres fueron renovadas por cuatro años más en dos de las áreas por las que dicho organismo más está apostando en los últimos tiempos, Women in Motorcycle (la Comisión Femenina de la FIM) y la Comisión de Medio Ambiente de la FIM: la finlandesa Nita Korhonen y la costarricense Kattia Hernández.

Nacida en 2006, la Comisión Femenina de la FIM tiene como objetivo aumentar y promover la presencia de mujeres en todas las actividades relacionadas con el motociclismo, así como darles la oportunidad de ser parte de la familia del motociclismo mundial. De ahí que en 2014, por ejemplo, se hayan celebrado distintos campus de formación y per­feccionamiento por todo el mundo de enduro, motocross, trial y veloci­dad única y exclusivamente para mujeres.

Precisamente, en estos últimos, tomó parte de manera activa toda una leyenda del deporte femenino en moto: Maria Costello, la primera mujer en subir al podio en el Tourist Trophy de la Isla de Man (2005) y hasta 2009 la más veloz en completar una vuelta a su recorrido. La británica, miembro de la Orden del Mérito del Imperio Británico por sus logros dentro de las pistas, compagina sus proyectos deportivos –compitió en tres categorías distintas en el último TT Classic, con podio incluido– con su faceta de instructora y embajadora de la Women in Motorcycle.

¿Y aquí? La Real Federación Motociclista Española también está im­pulsando la llegada de la mujer a sus parcelas de decisión. En este sentido, Inés Fonseca es su principal abanderada. No en vano, la astu­riana no sólo forma parte de su organigrama como máxima responsable de la Comisión Femenina de la RFME, arrancada el año pasado y que sigue los mismos pasos y plan de acción que su homóloga internacio­nal, sino que además compagina dicha ocupación con la presidencia de la Federación de Motociclismo del Principado de Asturias, a la que llegó en 2008.

Por cierto, la RFME y dicha comisión son quienes promueven para este 2015 y como siguiente paso a dar, entre otros, la creación de la primera Copa de España de Velocidad para Féminas de la historia de nuestro deporte.

En resumen, todavía queda mucho camino por recorrer y aún restan corsés difíciles de romper. Pero como parafrasean en el mundo de la alta costura… Cuando veas las costuras de tu vestido romper, puede que haya llegado el momento de cambiarlo. En las motos, afortunada­mente, ya estamos en ello.

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