Este viernes se celebrará el último pleno del actual mandato en el Ayuntamiento de Barcelona, previo a las elecciones municipales que deben celebrarse el próximo 28 de mayo; es decir: exactamente dentro de un mes.
Inicialmente en el orden del día estaba prevista la aprobación definitiva de la ordenanza municipal que debía regular el uso obligatorio del casco para los usuarios de patinetes eléctricos a partir del día 1 de mayo.
Sin embargo -oh, sorpresa- este tema se ha caído de la agenda y quien deberá abordarlo para su puesta en vigor será el equipo que gobierne en la alcaldía de la capital catalana tras las citadas elecciones.
De este modo, el consistorio de Ada Colau se quita, al menos temporalmente -por si repitieran al mando de la alcaldía barcelonesa- un tema que es una autentica patata caliente. Donde dije Diego, digo voto. Y aquí no pasa nada, no sea cosa de ir encabronando a posibles votantes usuarios de tal artefacto rodante.
Decisiones así son propias de la llamada “geometría política”. Vaya, un eufemismo para denominar todo aquel movimiento emergente del arco del triunfo encaminado al propósito benefactor hacia quien lo promueve. O sea, para decir con buenas palabras que los políticos hacen y deshacen según les pase por sus santos cojones. Aunque no sea el órgano genital adecuado en este caso.
La dilación de la medida contrasta con la tendencia que están siguiendo las principales capitales europeas, pese a lo inicialmente impopular de la normativa. Y, sobre todo, choca -nunca mejor dicho- con las señales de alerta que están lanzando los hospitales de toda Europa por el preocupante y creciente aumento de lesiones provocadas por los accidentes que sufren los usuarios de semejantes artefactos.
El decisivo informe del RACC
Hace unos días, el RACC presentó un estudio muy riguroso sobre la percepción que los habitantes de Barcelona tienen sobre la situación actual de la movilidad en la Ciudad Condal.
Según el informe, un 65% de los ciudadanos considera que la congestión de la circulación en Barcelona empeorará en los próximos cuatro años. Un 72% creen que hoy es menos seguro caminar por esa ciudad que hace cuatro años y un 80% afirman que la congestión de la circulación ha empeorado en el mismo período de tiempo.
La reacción al detallado trabajo de campo por parte del grupo gobernante en el ayuntamiento no se hizo esperar.
Janet Sanz, la número dos de Ada Colau, y enemiga declarada del coche y de la moto, declaró al respecto: “el RACC ha entrado en campaña electoral con su informe, y representa unos intereses muy concretos”. Toma.
O sea: el RACC -entidad de prestigio internacional, reconocida por el rigor de sus trabajos- hace un informe, y “entra en campaña electoral” según la teniente de alcalde de Urbanismo.
El ayuntamiento saca del orden del día la activación de la obligatoriedad del uso del casco protector para los (vulnerables) usuarios de los patinetes eléctricos a un mes vista de las elecciones… y aquí no pasa nada. ¿Y eso no es “entrar en campaña electoral”?
Lo dicho: la geometría variable de la política y lo del arco de triunfo.
Me están entrando unas ganas locas de quedarme en casa el día 28…
Artículo impecable, pero no te quedes en casa el 28, por favor