“Sí, es cierto, no le conocía bien”, confirma Luca, tres veces campeón del Mundo conocido en sus tiempos por ser un piloto muy técnico y como un formidable estratega. “Un día nos conocimos en Misano con la R1. Me invitó a su Rancho en Tavullia y luego me pidió si podía ir con él a los test de Phillip Islan. Allí me preguntó si quería ser su Boris Becker, y le respondí que el dinero no era importante, sino la pasión. Así que o se trataba de un trabajo serio o no merecía la pena ni empezar".
El experimento de Australia funcionó bien y en unos meses Cadalora se ha convertido en una de las figuras importantes del equipo de Valentino Rossi. De hecho, después de la primera victoria de la temporada en Jerez, Rossi lanzó la primera alabanza pública a su nuevo consejero. El proyecto de tener un coach funciona, pues, aunque Luca rechaza cumplidos. “No, no, no del todo”, afirma antes de añadir algo muy interesante para entender como funciona el equipo de Rossi. “El mérito es de Valentino y un equipo super profesional, hasta los límites de la obsesión pero al mismo tiempo sereno. Y es que Valentino siempre tiene la frase adecuada para cada uno, desde el jefe de equipo hasta el cocinero, y su empatía hace que todo el mundo saque lo mejor de sí mismo”.
También resulta interesante conocer lo que hace exactamente Luca en los circuitos y cual es el procedimiento de análisis y comunicación con Valentino. “Yo no doy ningún consejo, no me permito decir… haz esto o lo otro… Pienso en lo que he visto, y luego lo cuento. Después, Valentino decide usar estas palabras como cree que es mejor”.
“Voy con mi scooter por todo el circuito y lo estudio… Observo… Traro de sentir el circuito y ver como Valentino y los otros pilotos interactúan con él. Y al fina, estudiando los tiempos, quizás se puede intuir si es mejor usar una u otra trazada”.
Esas diferentes trazadas que Cadalora analiza como “coach” son líneas muy delgadas. Estamos hablando de centímetros a la derecha o a la izquierda, “a veces incluso menos”, apunta. “Pero no se trata de una operación demasiado técnica, no hay una regla: cada vez es distinto. Es un trabajo un poco artístico, si me permites el término, y está bien que así sea. Lo que es de verdad importante es que Valentino y yo estemos conectados. Los pilotos y las motos están hoy en el límite, la diferencia es de una décima por vuelta o menos, pero ganas por los detalles”.
Sobre la figura y el pilotaje de Valentino, Cadalora, un piloto de otra época, opina que “es un piloto Frankenstein: concentrado como Eddie Lawson, imprevisible como Kevin Schwantz, capaz de improvisar como Wayne Rainey y tan combativo como Mick Doohan. Todo esto con el entusiasmo y el deseo de mejorar de un adolescente”. Como podéis ver, Luca ya ha picado en el anzuelo de la familia Rossi. “Es una persona de trato fácil, me siento a gusto con el. La verdad es que esperaba encontrar otro tipo de persona. Es sencillo, modesto, conquistador y recto”.
Sí, la dupla Rossi/Cadalora es una de las grandes sorpresas, en positivo, de lo que llevamos de temporada. Y lo que es más sorprendente es como Valentino ha logrado “inventarse” de la nada una nueva situación que le permite seguir mejorando después de dos décadas de GGPP. “Nuestra relación se limita a los fines de semana de carrera”, explica Luca. “El resto del tiempo, excepto cuando fui a Misano con la Academy, cada uno va a la suya”.