Bultaco Montjuic 360, la deportiva que nunca llegó

Bultaco Montjuic 360, la deportiva que nunca llegó

La marca del dedo rampante desarrolló un último modelo antes de su desaparición, una prototipo que podría haber sido su salvavidas, la ansiada nonata Bultaco Montjuic 360.

Paco Bultó y Pedro Permanyer fundan en 1945 la famosa marca Montesa. Fabricarán motos muy punteras desde entonces y otras tan exitosas como las Brío a lo largo de todos los 50. Suele decirse que a finales de esa década hay disensiones entre ellos: Permanyer quiere cerrar el departamento de competición y para Bultó eso es inaceptable.

Parece ser -según cuentan los mayores- que eso sólo fue una gota más entre otros problemas entre ellos, pero el caso es que dio lugar a la separación de los dos socios y a la fundación, por parte del segundo, de la fundación de Bultaco.

Con esos antecedentes y la consabida afición de Don Paco a las competición -hay quien asegura que llegó a decir que fabricaba motos para poder pagar las carreras- no es de extrañar que lo primero que salió de la nueva fábrica Bultaco fuese la famosa Tralla 101: una 125 de cierto corte utilitario, como todo lo que se vendía en la época, pero con cambio de cuatro marchas (generalmente eran de 3) y sustancialmente más potente y deportiva que cualquier rival.

De la Bultaco Montjuic 360 se construyeron dos prototipos, de los que solo uno sobrevivió

De ella derivan enseguida las TS o Tralla Sport para carreras o las Sherpa S, la primera moto de cross nacional. Poco después, en el 62, con un cilindro mayor nace la Metralla, primero en 200 c.c. y en el 67, con la Mk2, como 250. Esta estaba considerada la 2T más rápida de la producción mundial. A principios de los 70 esto ya no era suficiente.

En el 69 Bultaco consigue ganar las 24 Horas de Montjuic con un prototipo de TSS 360, en manos de Cañellas y Rocamora. Sería una idea fantástica repetir la hazaña de la Metralla, con una mecánica derivada de este prototipo de carreras; una versión de calle de aquella Montjuic.

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De hecho, no ha nacido la moto y ya está bautizada con el nombre de la montaña barcelonesa. Pero nunca llegó a la serie. Se habló mucho de ella y se llevó al Salón de Barcelona. Según la documentación de la época y testimonios se hicieron dos prototipos, uno en color rojo y otro verde, con la leyenda Montjuic en naranja en el depósito.

Llevan una versión específica del famoso motor "Pedralbes", que sólo se emplea como base en las TSS de carreras y en motos carísimas de exportación como El Montadero o El Bandido. Es un 350 muy potente, con un cambio reforzado, pensado para una utilización a fondo.

De los prototipos de la moto sólo se salvó uno, la roja. La otra, la verde, famosa por ser la de la famosa foto de D. Paco en la fábrica saliendo a probarla, con matrícula roja, se perdió.

La Montjuic que podéis ver expuesta en el Museo de Alcalá es una reconstrucción

Se recuperó el depósito y algunas piezas más y con ellas y con un cuidadoso análisis de las piezas que la componían se pudo reconstruir una réplica exacta de aquella moto, incluida la famosa placa roja de pruebas del 74. Esta réplica es la que está expuesta en el Museo de Alcalá de Henares de la moto española Made In Spain.

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No está claro por qué no llegó aquella moto a la serie. Se oyen todo tipo de leyendas sobre ella y posiblemente todas tengan algo de verdad: para empezar, empleaba una base mecánica muy cara de fabricar: aquel motor Pedralbes no se vio en motos de mercado nacional y seguramente aquello dispararía los precios finales de una 350, que en el fondo era una monocilíndrica 2T, una vez más.

Por otra parte hay quien dice que, simplemente, la moto no iba. Y de hecho llaman la atención algunas de las decisiones que se tomaron: el escape sale del cilindro y bajo la moto se divide en dos, parece ser, que solamente por motivos estéticos; por aparentar algo más que ese monocilíndrico.

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Esta decisión, cuando menos, repercutiría en el funcionamiento del motor: en un 2T el escape es esencial y ese efecto buscado con el cono y contracono de un tubarro normal desaparece -o se complica- en un escape desdoblado.

No se sabe a ciencia cierta por qué este modelo nunca llegó a fabricarse en serie

También se suele comentar que partían de un motor de competición de los años 60 que no tenía una respuesta precisamente suave. Seguramente el motivo de la no llegada de la moto a la calle tenga que ver un poco con todo. El caso -y eso si lo sé por propia experiencia- es que pesa un montón, para una moto de tamaño físico medio.

Esta historia se repetiría muchos años después. Bultaco al final no fabricó, para asfalto, nada mayor que las Metralla 250. Al final de su historia si se experimentó con un motor 370 - de base Frontera- metido en el chasis de una de aquellas Metralla GTS de llantas de palos y frenos de disco. Tampoco pasó de la fase de prototipo.

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Y en este caso se cuenta por ahí que aquel prototipo de la Metralla 370 si se vendió a un empleado de la fábrica, que lo cedió a un hijo que acabó "estampando" la moto por Andalucía, donde se le perdió la pista.

La cuestión es que el último prototipo de Bultaco, la Bultaco Montjuic, nunca llegó a la producción, pro por suerte podemos disfrutar de su reconstrucción y podemos admirarla en el Museo de las Motos Made In Spain de Alcalá de Henares.

Texto: Nicolás Ortega

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