De todos es sabido que el actor estadounidense es un apasionado de las motos. En especial de dos marcas: Ducati, de la que posee varios modelos como por ejemplo una Desmosedici RR, una Monster 696 o una 1100S, y Harley-Davidson, de la que tiene una pequeña colección de modelos personalizados. Precisamente, de la fábrica de Milwaukee es su última adquisición. Una Harley que si por algo destaca es por sus cromados. Hay tanto cromo en ella que parece más propia de Arnold Schwarzenegger, alias Terminator, que del protagonista de El curioso caso de Benjamín Button.
Estéticamente, te puede gustar más o menos, pero lo que sí es seguro es que no debe de resultar nada cómoda (no tiene puños y el asiento parece que también está acabado en ese mismo material plateado y brillante que le confiere su metálico aspecto) de pilotar. Pero, para gustos, colores. O en este caso, cromados.