Álex Rins se sentía fuerte en Holanda, lo bastante como para luchar por la victoria. De hecho, al inicio del GP de Assen, pudimos ver por primera vez a la joven pareja española de Suzuki en los dos primeros lugares de cabeza.
Desgraciadamente, todo acabó para el de Barcelona en la curva nueve, al perder la rueda delantera e irse al suelo, por suerte sin consecuencias físicas:
“He frenado cinco metros más tarde de lo normal y he perdido por completo el tren delantero. No fue desconcentración: desde el ‘warm up’ había más viento de cara, la moto se me levantó un poco de delante en la curva anterior y me caí”, manifestó el ‘42’, después de la carrera.
“Mi estrategia era tirar al máximo y romper el grupo, porque sabíamos que los más fuertes eran Fabio y Maverick. Las Ducati estaban en dificultades y Marc no se encontraba del todo a gusto”. No solo no fue así, sino que, con su segunda caída esta temporada, Álex pasa de la tercera a la cuarta posición, ahora a 59 puntos de Márquez.
Y Mir se puso nervioso…
“Rins se había caído en la curva 9, y yo en esa misma curva me he colado. He hecho las dos de derechas y en la curva 12, que se hace a más de 200 km/h, se me ha cerrado la moto y después, en la 15, me he colado, así que he pensado: ‘tengo que parar, ¡que no voy a durar ni dos vueltas!’”, contaba el balear de Suzuki.
Liderar por primera vez en MotoGP, seguido por los mejores pilotos del mundo, no es poca cosa:
“Me he puesto nervioso, más por el susto que he tenido que por otra cosa, pero ha habido un poco de todo”, admite el mallorquín. “Recuerdo en el 2016, cuando empecé en el Mundial, la primera carrera que lideré fue como ‘¡hostias!’, te pones delante y no ves a nadie y parece que te tiembla todo. Entonces tenía detrás a Fenati, a Navarro… y ahora tengo a Márquez, Viñales… y bueno, te pones un poco más nervioso porque sube el nivel”.
“Yo creo que podría haber acabado la carrera cuarto, pero no ha sido posible: la goma estaba acabada y ha sido algo que me ha condicionado un montón, porque he perdido dos segundos por vuelta”, se lamentaba Joan.
“Aquí las carreras son muy largas, se me hacen eternas porque pasa de todo. Primero tenía algo más que los demás, luego menos, luego otra vez más… era como una montaña rusa. Pero después de este fin de semana, incluso después del test de Montmeló, ya hicimos un paso y hemos estado delante siempre”, aseguraba un confiado Joan Mir.
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