BMW R1200 RS: Ruteando a toda velocidad

Viajar largas distancias a lomos de una BMW es todo un placer. La marca alemana es una auténtica especialista en estos menesteres; en su catálogo podemos encontrar ruteras de to­das las formas, tamaños y filosofías, desde poliva­lentes trail como las R 1200 GS y Adventure hasta espectaculares GT puras y duras como la K 1600 GT o la R 1200 RT.

Hoy la protagonista es una de las novedades más importantes de esta temporada, la R 1200 RS, po­siblemente una de las turísticas más dinámicas de la firma bávara, ya que su filosofía sport-turismo le permite no solo disfrutar de la máxima comodidad en nuestros viajes de largo recorrido, sino también pasárnoslo en grande cuando se trata de llevar a cabo una escapada el fin de semana o una breve salida dominguera con los amigos.

En este sentido, la R 1200 RS es uno de los modelos más poliva­lentes de la marca, ya que compagina de forma impecable ambos cometidos; esta nueva versión es como la culminación del estilo sport-turismo que BMW comenzó a utilizar en 1976 con la R 100 RS, la primera de su estirpe y precursora en muchos aspectos, como por ejemplo en ser la primera moto totalmente carenada fabricada en serie.

No cabe duda de que la saga RS lleva un largo bagaje a sus espaldas, aunque también con gran­des fracasos de ventas, como la R 1200 ST, en cierto modo su antecesora y cuya discutible estéti­ca la relegó prácticamente al olvido desde su lanza­miento. Pero en esta nueva versión, BMW no está dispuesta a cometer los mismos errores y, como podéis ver en las fotos, ha dado forma a una precio­sa GT inspirada estéticamente en la superdeportiva de la marca, la S 1000 RR.

Por si fuera poco, se beneficia de la llegada del nuevo boxer 1200 LC, el mismo que podemos ver en otros modelos como la Adventure o la R 1200 GS. Las cifras que entrega en cuanto a potencia y par son muy similares a las de sus compañeras de gama (125 CV a 7.750 rpm y 125 Nm a 6.500 rpm, respectivamente), aunque los técnicos han incluido algunas modificaciones en la RS a nivel de escape y admisión (airbox), para que nuestra invitada empuje con mayor fluidez des­de abajo para de este modo potenciar su faceta deportiva y, ya de paso, diferenciarla un poco en este aspecto del resto.

Al mismo tiempo, al sustituir el emblemático Telelever por una horquilla invertida con unas gruesas barras de 45 mm de diámetro y 145 mm de recorrido, se ha podido montar un radiador más grande y con mayor capacidad de refrigeración tras ella, lo que de igual forma ayuda a mantener una temperatura de funcionamiento más estable, y, en consecuencia, un mejor rendimiento general del motor.

Una de las cosas más sorprendentes de la R 1200 RS es que, pese a ser una moto bastante voluminosa, se mueve de forma increíble. Todo ello se debe a la sabia configuración de su parte ciclo, que se confía a métodos tradicionales de la marca, como el chasis multitubular que se compenetra de tal forma con el motor que este último hasta llega a cumplir funciones autoportantes. Al mismo tiempo, junto con la robusta horquilla invertida heredada de toda una superbike como la S 1000 RR, se monta en el eje posterior el polivalente sistema EVO Para­lever con amortiguador de 140 mm de recorrido de solvencia contrastada.

Frenada tampoco le faltará, pues de nuevo BMW se decanta por un conjunto creado por Brembo y formado por tres discos; dos delante de 320 mm y uno 276 mm detrás, con pinzas radiales de cuatros pistones para los primeros y doble para el terce­ro, que le aportan un magnífico potencial en este sentido, con una excelente respuesta y un mayor nivel de seguridad para su propietario gracias a la adopción del ABS de serie. Realmente la RS es una frenadora asombrosa, el tacto de sus discos es muy directo, una leve caricia en la maneta o el pedal sirve para que todos ellos reaccionen casi al instan­te. Iremos sobrados en potencia y tacto lo que en conducción deportiva se agradece, el conductor no ha de hacer demasiado esfuerzo ni ser un piloto de competición para que el material proporcionado por Brembo nos obsequie con unos resultados espec­taculares. Al mismo tiempo, la calidad del ABS inte­gral instalado nos deja mucho margen de maniobra; su baja intrusividad permite una conducción sport sin limitaciones, ya que entra en funcionamiento únicamente cuando sus servicios son necesarios.

Hay que reconocer que, por sí sola, la ficha téc­nica de nuestra invitada es impresionante, pero la firma muniquesa no se limita únicamente a escoger lo mejor en lo que al aspecto mecánico se refiere. Si por algo destacan las motocicletas BMW, es por la electrónica que integran, siempre en busca de la máxima seguridad para sus usuarios y, cómo no, con el objetivo de ofrecer ese comportamiento tan característico que las hace únicas.

BMW es una marca que no escatima lo más míni­mo a la hora de equipar sus unidades de pruebas, rara es la ocasión en la que el modelo a probar no viene equipado con todos los extras, por lo que tratándose de una novedad tan importante como la R 1200 RS, era normal que la unidad puesta a nuestro servicio fuera una full equip. Gracias a ello, dinámicamente nuestra RS era una moto muy eficaz y segura. Tuvimos la suerte de poderla pro­bar durante varios días en profundidad, sobre todo tipo de asfaltos y en todo tipo de trazados, y en ningún momento decepcionó.

Es una moto grande, voluminosa –por culpa del semicarenado–, pero de postura muy cómoda, típico en la categoría ST. El asiento es muy amplio, largo y con altura variable, por lo que siempre podremos encontrar una posi­ción en la que lleguemos perfectamente al suelo. El precioso semicarenado es sorprendentemente eficaz; con la ayuda de los cilindros en posición horizontal/transversal, la RS nos protege muy bien de pies a cabeza para rutear a altas velocidades. Al mismo tiempo, la pantalla se puede regular ma­nualmente, por lo que podremos ir bien protegidos en invierno y algo más fresquitos en verano. Las estriberas están algo retrasadas y el manillar se si­túa ligeramente por encima de la tija de dirección, por esta razón adoptaremos la tradicional postura algo inclinada hacia la rueda delantera, aunque sin que por ello debamos sufrir ninguna consecuencia negativa en nuestro confort de marcha, más bien es una originalidad de este modelo.

Como ya hemos comentado, la R 1200 RS es una GT de última generación. Realmente la unidad de pruebas cedida era un alarde tecnológico que nos permitía variar infinidad de parámetros en as­pectos como la suspensión, entrega de motor, mo­dalidad de tracción, etc. De serie llega con ABS, dos modos de conducción –Rain y Road–, más el control de estabilidad ASC (Automatic Stability Control), lo que no está nada mal. Con este equi­pamiento de serie, las ventajas son muchas, pero la unidad que probamos, más avanzada, gozaba de los servicios del sistema de conducción Pro, por lo que se amplían los modos de uso con dos nuevas modalidades –Dynamic y User– y se sustituye el ASC por el control de tracción dinámico o DCT, mucho más complejo y eficiente.

Con todo ello, es difícil no sentirse a gusto y con­fiado sobre ella. Una de las cosas que más agrada es su capacidad de adaptación a cualquier uso, con solo apretar un par de botones, gestionaremos el tipo de entrega de motor por si queremos un tac­to más deportivo o mayor dulzura sobre superficies deslizantes, también la dureza de las suspensiones, dependiendo de la conducción o la carga; en defi­nitiva, toda una serie de posibilidades que elevan la R 1200 RS a la categoría de superlujo.

Con un peso en orden de marcha que ronda los 230 kilos, la RS no tendría que ser una moto preci­samente ágil, pero lo es. Lógicamente recuerda en muchos aspectos a la GS, puede que su manillar no sea tan ancho y, por supuesto, no está tan ele­vado, pero nuestra invitada también se desenvuelve de forma magnífica en tramos revirados y trazados serpenteantes. Los cambios de peso son fáciles, la nueva horquilla le confiere un tacto sobre la rueda delantera más fiable y preciso gracias a que nos transmite un mayor nivel de información que el Te­lelever, siendo esta muy eficiente en las frenadas fuertes, en curvas donde se requiera el máximo apoyo del tren anterior o, como hemos dicho, al enlazar curvas.

Como de costumbre, en las boxer de BMW, las trazadas son impecables y muy estables, la contun­dencia de su motor a bajo y medio régimen la con­vierten en una moto muy agradable y a la vez fácil de conducir. Pudimos comprobar en carreteras de montaña muy cerradas, con escaso margen entre curva y curva, que se podía circular cómodamente y bastante rápido en cuarta o quinta velocidad sin necesidad de jugar mucho con el cambio. La fuerza en bajos es tan enorme y tracciona tan bien gracias al sistema EVO Paralever, que su efectividad en este escenario llegará a sorprender a más de uno.

Eso sí, a la hora de exprimir en mayor medida su faceta deportiva, donde sí se precisa una mayor utilización del cambio, BMW nos propone de forma opcional un cambio de­portivo tipo Shifter que nos permitirá subir y bajar marchas sin la necesidad de tirar de embrague. Es rapidísimo y funciona muy bien (tiene un tacto un poco duro bajando marchas), simplifica las frenadas y acelera­ciones hasta límites insospechados y rele­ga el uso del embrague únicamente a las arrancadas desde parado.

La R 1200 RS es un auténtico lujo de moto, en especial con el nivel de equipa­miento que BMW impuso a esta unidad de pruebas. Obviamente no todos podremos tener acceso a este asombroso despliegue, la RS de serie tiene un precio de 14.250 euros y existen un total de cuatro packs disponibles con precios que van desde los 1.613 euros del paquete denominado Tou­ring hasta los 383 euros que cuesta el pa­quete Roadster. Vaya, que al final estamos hablando de que la RS que podéis ver en las fotos, con todo su equipamiento, puede estar rondando los 17.000 euros.

Sin lugar a dudas, la tecnología que lleva lo vale, no solo gracias a dispositivos como el DTC, el ABS o los modos de conducción Pro, la capacidad de mejora al dotarla con equipa­miento opcional es increíble, muy similar a la de sus hermanos de cuatro ruedas. Y es que podremos escoger entre gran cantidad de dispositivos, como el arranque confort (con mando a distancia), un estratosférico ordenador de a bordo con versión Pro para los que todavía quieran algo más, puños calefactables, GPS, alarma, maletas y un largo etcétera que sitúan la R 1200 RS en­tre la mejores, si no la mejor, sport-turismo del momento.

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