Desde que en 2008 apareció la F 800 GS de BMW, ha tenido una muy buena acogida en los mercados de toda Europa. Se trata de una bicilíndrica con 83 CV de potencia que compagina como ninguna otra moto de su especie diversos territorios. Es decir, que es una auténtica trail que se desenvuelve con facilidad tanto en carreteras de todo tipo como por pistas y caminos, sin renunciar al uso diario.
Esta versión Triple Black se diferencia de la versión base con un negro profundo a excepción del basculante, que como el chasis tubular se ha pintado en un denominado gris granítico. La composición es todo un acierto, y buena prueba de ello es que pese a costar un poquito más, apenas 150 euros, está teniendo una gran aceptación entre el público.
Otro aspecto que marca la diferencia es el hecho de que las botellas de la suspensión también están bañadas en negro, y por último monta un asiento decorado en doble tono, negro y gris, tipo rally, que permite una superior libertad de movimientos y tiene un tacto más agradable.
¿A qué se debe el éxito de esta versión Triple Black? Pues no deja de ser un fenómeno curioso que también ha afectado a las versiones de la R 1200 GS (estándar y Adventure), que al igual que en la F 800 GS están teniendo una muy buena aceptación. La explicación, según hemos podido deducir consultando algunos concesionarios, está, al margen de su indudable atractivo, en el factor diferencial. Es decir, que sus usuarios valoran el hecho de tener un modelo que se diferencia del modelo base y que, por tanto, aporta un plus de originalidad…
En cualquier caso, gustos o tendencias al margen, la F 800 GS sigue siendo un éxito de ventas en nuestro país, como se refleja en las ventas del último mes de marzo. No vamos a recordar la nueva caída del mercado, pero sí destacar que entre las trails de cilindrada media únicamente la Suzuki VStrom 650 la supera entre las bicilíndricas. La Suzuki, que tiene un precio más ajustado, ocupa en el mes de marzo el puesto nº 26 del ranking; es decir, está dos puestos por delante de la F 800 GS, que se sitúa por delante de la Triumph Tiger 800, de sus hermanas F 650 GS y G 650 GS y de la Versys de Kawasaki.
Polivalente
Su estampa es sobria y elegante. Tiene un buen nivel de equipamiento, con un cuadro de instrumentos que se completa si montas el ordenador de a bordo. Si no es así, echarás de menos el indicador de nivel de combustible, pero poco más.
Con la base de un chasis multitubular y unas suspensiones de largo recorrido (230 mm) una de las particularidades de la F 800 GS es el hecho de montar el depósito de combustible bajo el asiento con la boca de llenado en el costado derecho. Su horquilla firmada por Showa, junto al monoaortiguador trasero regulable a través de un pomo, marca la diferencia en off-road sin penalizar en asfalto pese a su rueda de 21”.
La F 800 GS es alta de asiento y carga el peso en el tren delantero, lo que es bueno en carretera, pues si no fuese así, con la rueda de 21” no daría confianza al entrar en las curvas, y esta rueda grande la agradeceremos en montaña porque le permite absorber mejor las piedras o las irregularidades del terreno.
Las suspensiones sorprenden por lo bien que permiten combinar el asfalto con un uso off-road. Las barras de esta versión llaman poderosamente la atención, tienen buen tacto y la frenada es potente y progresiva, casi digna de una supersport…
El bicilíndrico es un buen motor que consigue muy buenas prestaciones tanto en aceleración como en recuperación, además de tener muy buen tacto. Es suave a bajo régimen, la potencia llega de forma controlable, los medios son muy buenos y arriba… ¡corre mucho!
Resulta fácil abrir gas y al cortarlo en las frenadas, la moto no se para de golpe por el efecto del freno motor, sino que lo hace de forma progresiva.
Tiene unos medios agradecidos y en la zona alta del cuentavueltas es rápido, con la potencia suficiente para pilotar en marchas largas sin que en ningún momento se venga abajo.
La pantalla es lo suficientemente alta como para agradecerse en autopista o carretera general, donde el confort en orden de marcha es notable. En carreteras reviradas es muy divertida, y pese a su rueda de 21”, es lo suficientemente ágil como para poder disfrutar tanto si vas de paseo como con una conducción más deportiva…
Y siempre nos queda la opción de hacer pistas y caminos. Permitirme que insista en este sentido, porque para mí es un factor que hay que tener muy en cuenta. Sí que es cierto, especialmente con esta versión Triple Black, que no apetece arañar esta negra GS con ramas o posibles patinadas, pero os aseguro que sobre pistas la F 800 GS es mucho más manejable de lo que parece. La posición de conducción es buena para ir de pie, la moto es estrecha a la altura de los estribos y te hace sentir cómodo.
En definitiva, la línea Triple Black se extiende hasta la polivalente F 800 GS, y ese negro integral marca la diferencia en una moto cuyo éxito de ventas está plenamente justificado. Por cierto, si te interesa, hay una oferta hasta junio en la que la frenada con ABS va incluida…
¡Todo al negro!
Solo +
-Motor elástico y divertido
-Estabilidad
-Polivalencia
-Posibilidades off-road
Solo -
- El silencioso molesta al pasajero
-Falta indicador de combustible (opcional)
Cómo va en…
Ciudad
Es un poco alta de asiento (hay uno más bajo en opción) pero se muestra ágil y se agradece la progresividad de su motor. Buen tacto, pero los retrovisores son un poco pequeños y el silencioso sobresale demasiado.
Carretera
El chasis compagina una gran rigidez con un conjunto de suspensiones muy eficaz en cualquier tipo de asfalto. Es muy equilibrada y fácil en carreteras reviradas. El tacto y las prestaciones del motor son ejemplares, con buenos medios y alegría en la parte alta.
Autopista
El asiento es algo duro en las largas distancias, pero la pantalla protege bien la cabeza del piloto y ergonómicamente es correcta. A una velocidad legal se pueden hacer más de 300 km sin repostar. Tiene una buena capacidad de carga.
Prueba publicada en la revista SoloMoto número 1870