Benelli ZenZero: un scooter de rueda alta con un precio muy ajustado

Desde que la firma china Qianjiang adquiriera Benelli hace ya más de siete años, han aparecido pocas novedades absolutas del fabricante italiano destinadas al mundo del scooter. Los ingenieros y diseñadores italianos, bajo la batuta de la casa madre, se han limitado a remozar modelos míticos de la fábrica de Pesaro, como los Pepe 50 o el último Velvet 125, que por primera vez equipa motor Keeway; denominación de la marca asiática para el mercado europeo.

Pero las cosas están cambiado, con la llegada del ZenZero 350, Qianjiang ha demostrado que su apoyo a Benelli es total y que sigue trabajando para que la centenaria marca italiana continúe ocupando el lugar que le pertenece, por historia, en el mercado europeo.

Grata sorpresa

El nuevo ZenZero 350 es un scooter que ha sorprendido a muchos. Los responsables de la marca han trabajado en el máximo secreto en un rueda alta que, por muchos motivos, ha pillado desprevenido a más de uno. No cabe duda de que se trata de un proyecto ambicioso, con una cilindrada inédita hasta el momento incluso teniendo en cuenta la gama de su marca hermana Keeway, pero a tenor de lo visto, goza de un estándar de calidad muy superior a todo lo que nos ha ofrecido Benelli últimamente.

Se trata de un rueda alta relativamente compacto, con unas cotas perfectas para desplazarse por ciudad. Su posición de conducción está marcada por un asiento muy grande, algo durillo y, quizás, excesivamente ancho. Por culpa de esto último nos veremos obligados a abrir excesivamente las piernas al parar y, aunque la altura de asiento no es demasiado elevada, nos hará apoyar las piernas casi de puntillas si no tenemos una estatura superior a los 1,75 m. El tamaño del asiento se le puede perdonar al ZenZero, ya que su anchura viene obligada por la gran capacidad del cofre que oculta debajo, donde caben perfectamente dos cascos integrales y algunas cosas más.

En marcha, la posición de conducción es espaciosa; la plataforma reposapiés está dividida por un túnel central bastante ancho -en su interior se encuentra el depósito de gasolina-, pero aun así queda espacio suficiente para los pies. El manillar es muy ancho y está muy bien situado, lo que ayuda a controlar bien el scooter, y el pasajero goza de una buena posición; además, como sus estriberas son escamoteables, no se verá obligado a compartir la plataforma con el conductor.

La protección aerodinámica no es especialmente efectiva por la parte alta, ya que el manillar está desprovisto de cualquier tipo de parabrisas que nos ayude a sentirnos un poco más a gusto por carretera o vías rápidas a altas velocidades. Con la parte baja no sucede lo mismo, el escudo es lo bastante ancho y aerodinámico para ofrecer una buena protección, por lo que nuestras piernas sí que estarán bien protegidas del viento, la lluvia, etc.

Buen diseño

En lo que se refiere al diseño, el ZenZero es un scooter resultón, con un escudo frontal de imagen muy agresiva gracias a la incorporación de un afilado doble faro que, separado en dos grupos, dispone de cuatro ópticas: dos elipsoidales encargadas de las luces cortas y dos Multiconvex/halógenas de buenas prestaciones destinadas a las largas. En cortas, la iluminación es un poco justa -está claro que los elipsoidales no ofrecen un haz lo bastante amplio-, pero en largas no sucede lo mismo; por carretera, los halógenos emiten un foco de luz muy correcto que iluminará los metros de asfalto suficientes para que circulemos con gran seguridad.

Volviendo al diseño, los creadores del ZenZero se han decantado por las líneas rectas, formas angulosas y un estilo bastante agresivo. Hay que destacar el detalle del piloto posterior, que, siguiendo la moda, es de diodos led, por su mayor visibilidad y economía de consumo de batería, pero dispuestos de una forma muy original que hace que el ZenZero sea muy reconocible desde la parte posterior.

Desde el punto del vista del equipamiento, no es que sea precisamente un superdotado, pero todo lo que nos ofrece resulta muy práctico y puede cumplir una función muy importante en el día a día.

Para comenzar, el cuadro de instrumentos goza de un estilo bastante deportivo, ya que como si de una SBK se tratara, reparte desigualmente su información en una pantalla digital bastante grande y retroiluminada en azul -esta engloba prácticamente toda la información- y una enorme esfera destinada exclusivamente al cuentavueltas. Además, en el lado izquierdo se ha dispuesto un grupo de testigos luminosos muy discretos, pero muy bien iluminados, entre los que destaca el testigo de reserva, un elemento que se echa en falta en muchos de sus competidores.

Muy capaz

Junto con un buen diseño, el ZenZero esgrime una calidad de acabados bastante elevada, como ya hemos dicho, muy superior a todo lo último que nos ha ofrecido Benelli. Un buen ejemplo son las piñas de contacto situadas a los extremos del manillar, que dan cobijo a unos conmutadores muy ergonómicos y bien colocados, entre los que encontraremos como algo poco habitual un botón destinado a los intermitentes de emergencia.

Continuando el camino hacia la parte posterior, el contraescudo del ZenZero nos sorprendió por varias cosas. La primera es que su guantera está totalmente abierta; la segunda, que la toma de corriente de 12V que posee queda completamente expuesta, y la tercera, que no se ha montado ningún tipo de gancho que nos ayude a transportar bolsas con mayor seguridad apoyadas en la parte central del túnel que divide la plataforma.

De todos modos, sería absurdo quejarse de su escasa capacidad de carga; sólo tenemos que mirar bajo el asiento para ver que estamos en un grave error, y es que el ZenZero cuenta con un habitáculo capaz de dejar a más de uno con la boca abierta. Cuando accionemos su mecanismo de apertura desde el contacto -también desde la piña se abre la entrada del depósito de gasolina- y levantemos el asiento, observaremos un amplio espacio de un solo volumen -perfectamente iluminado por una luz de cortesía de leds- en el que cabrán sobradamente dos cascos integrales. Un detalle sin lugar a dudas sorprendente, pues, visto desde fuera, parece imposible que sus creadores hayan conseguido tanto espacio para diseñar el cofre… y ese espacio es el culpable de que los bajitos encontremos el asiento demasiado ancho para facilitar hacer pie al suelo con facilidad.

En marcha

Sin lugar a dudas, Benelli ha conseguido dar forma a un producto muy atractivo y funcional, pues además de presentar un buen diseño y acabados de calidad, técnicamente y en cuanto a comportamiento el ZenZero respondió incluso mejor de lo esperado.

Para comenzar, apuesta por la simplicidad, en busca de una respuesta fiable, menores consumos, etc. A pesar de su cilindrada (313 c.c. reales), el motor no es muy complejo, estamos hablando de un monocilíndrico 4T de vocación tranquila, refrigeración líquida con culata SOHC de dos válvulas y alimentado por inyección electrónica, con una potencia de 21 CV a 7.000 rpm, lo que significa que no está para nada apretado. Es cierto que resulta un poco rumoroso y que deja escapar alguna que otra vibración a medio-alto régimen, pero aun así responde muy bien, sin la contundencia de algunos de sus rivales directos, pero de forma lineal y bastante progresiva.

El tacto del acelerador es un poco tosco -y tiene un recorrido un tanto largo-, sobre todo en los primeros metros, pero con el peso lanzado y la inercia, el motor se aprecia más suelto, lo que nos ayuda a disfrutar de unas muy buenas recuperaciones para, por ejemplo, adelantar en carretera. El desarrollo es más bien largo, por lo que podremos mantener unas buenas velocidades medias by disfrutar de una velocidad punta que supera las velocidades máximas permitidas.

Gran estabilidad

Con un propulsor que cumple sobradamente con las expectativas, sólo nos queda repasar el comportamiento de la parte ciclo, pensada para proporcionar a su propietario la máxima estabilidad posible. La verdad es que el ZenZero lo tiene todo para brillar en este aspecto, pues considerando la altura de sus llantas (16 y 15 pulgadas), el grosor de sus neumáticos (120/70 y 140/70) y la distancia entre ejes (1.545 mm), cuenta una muy buena base para conseguirlo. Pero lo realmente importante es que Benelli ha tenido la precaución de colocar el peso del scooter -y por lo tanto, su centro de gravedad- muy cerca del suelo; además, como el depósito de 13,5 litros -una gran capacidad- está muy centrado, resulta increíble la estabilidad que nos ofrecerá en cualquier circunstancia y a cualquier velocidad.

Como contrapartida, el ZenZero no es un scooter muy ágil de dirección. Los cambios de apoyo se los toma con algo de calma, aunque en la entrada en curva, y en especial dentro de ella, nos hace sentir muy a gusto y seguros. Las suspensiones, una horquilla convencional de 35/90 mm y dos amortiguadores de 85 mm -con reglaje en precarga de muelle-, llegan con un reglaje de serie muy consistente. Si el firme no está en perfecto estado, pueden parecer un poco bruscas, quizás demasiado duras, algo que no sucede sobre buen asfalto, pues seguramente, gracias a su dureza, reaccionan con gran rapidez y ofrecen una gran seguridad en todo tipo de curvas.

Como colofón a su solvente parte ciclo se ha dispuesto un apartado de frenada que se compone de dos discos, uno en cada eje, de 256 mm. Éstos están accionados por una pinza de dos pistones en el caso del delantero y de simple pistón en el posterior; además, en ambos trenes se han montado latiguillos metálicos inextensibles, lo que, además de una buena potencia de frenada, nos asegura un tacto de calidad.

Y lo mejor de todo es...

Por sí solo, como scooter de rueda alta de cilindrada media, el Benelli ZenZero 350 es un buen producto, sin demasiados lujos, pero con todo lo necesario. Tiene puntos a mejorar frente a la competencia más cara, pero también hay muchos en los que es muy fuerte, como por ejemplo en capacidad de carga o estabilidad. Al mismo tiempo, aunque su motor no busca batir ningún récord ofrece unas prestaciones a tener en cuenta, sobre todo porque se ha buscado la máxima fiabilidad, aun cuando las prestaciones estén un poco por debajo de las de algunos de sus competidores. Globalmente, Benelli ha dado con un conjunto muy equilibrado, que por si fuera poco es sumamente económico de mantenimiento y, muy especialmente, en precio. Y es que con un precio de 3.799 euros tiene la ventaja de ser más barato que muchos 125 c.c., a los que supera en muchos aspectos. Ahora sólo falta comprobar cuál será su aceptación entre el gran público, aunque viendo cómo están las cosas y el éxito que los scooters de corte económico están teniendo últimamente, pocas opciones con su excelente relación calidad-precio encontraremos en su categoría.

Prueba publicada en el Solo Scooter número 154

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