Sin duda, la nueva TNT no es una moto cualquiera. Es una apuesta por el diseño agresivo y modular, con un tricilíndrico que nos ha gustado más que el de la versión de 1.130 cc. Y a un precio razonable si tenemos en cuenta el nivel de sus componentes.
La versión que hemos probado (S) cuesta 10.498 euros y se diferencia de la más sencilla (T) por que, como se puede observar en las fotos, monta una pequeña quilla en fibra de carbono, una horquilla multiajustable con muy buen tacto y un asiento monoplaza. En la estética de la TNT destacan sobremanera las tapas laterales, que desvían el aire hacia los radiadores laterales anclados en el chasis. Este bastidor es uno de sus puntos fuertes.
Combina tubos de acero con secciones en aluminio y con un basculante tubular en acero, y nos convenció tanto en virajes rápidos como en las reviradas carreteras rodeadas de viñas que descubrimos en esta prueba.
Nos gustó la muy italiana sensación de rigidez y estabilidad de esta TNT, que viene acompañada por una buena manejabilidad y la sensación de control que llega a través de su ancho manillar.
DIFERENTE
La posición de conducción es un poco extraña, con el asiento alto y duro y el manillar ancho. Sobre el asiento se tiene bastante movilidad, pero los conductores altos quedan demasiado encajados; si mides en torno a los 1,80 m, el tope del asiento te obliga a desplazar el tronco demasiado hacia delante, dando la sensación de que no se cabe. Desde el puesto de mando se divisa una sola esfera con el cuentarrevoluciones y una ventana con el velocímetro digital.
(Sigue leyendo en SoloMoto número 1.679)