El Reino Unido es el paraíso de los fabricantes artesanales, de la que esta moto es buen ejemplo, la Austel MKII, una moto con motor de Mini.
Uno de estos fabricantes fue Chris Castell fundador de su empresa Austel, un acrónimo de Austin y Castell, que se dedicó a fabricar motos con motor de Austin Mini, el conocido utilitario británico de los setenta.
El británico decidió usar un motor de coche porque llegó a la conclusión que éste con las exigencias de una moto daría como resultado una larga vida útil en torno a los 300.000 kilómetros, y con un mantenimiento muy reducido.
Esta moto se construyó en 1985 en torno a un motor de cuatro cilindros -4T, 998 c.c., LC, 8V, SOHC- de un Mini, que era al mismo tiempo elemento resistente del chasis tubular de acero. El cambio era automático.
La Austel MKII es un producto artesanal fabricado a mano
En la parte anterior equipó una suspensión de tipo Earles con doble amortiguador Koni, mientras que en la parte posterior montó un basculante de acero de doble brazo.
Para frenarla se montó un doble disco de freno delantero y uno trasero, nada del otro mundo, y el silencioso de escape se colocó como se pudo en el lado derecho bajo, con la salida cerca de la matrícula.
La instrumentación se colocó sobre el depósito de combustible, sin más, y algunas esferas también provenían de un automóvil Mini.
Curiosamente el radiador de refrigeración del motor estaba colocado en el lateral izquierdo de la moto, como en el automóvil, con el cuerpo alineado al sentido de la marcha.
La historia no oficial cuenta que Castell se construyó una unidad para su uso personal, la MK1, y que estando aparcada delante de su casa, un curioso encantado con la moto le preguntó si le podría fabricar una para él.
Solamente se fabricaron 11 Austel con sidecar, más esta unidad que es la única sin side
Y así fue como Castell fabricó la Austell MKII, que mejoró con llantas de aleación provenientes de una Yamaha XS650 -en lugar de llantas de radios- y algunos detalles de mejor acabado. Y esta es la moto que podéis ver en las imágenes del artículo. Es otro ejemplo más de motos híbridas con motor de coche.
Tras fabricarla decidió que el mejor compañero de su moto sería un sidecar, y así fue como entre 1985 y 1991 fabricó 11 Austel con sidecar, todas fabricadas a mano.
Y no pudo fabricar más porque, desgraciadamente, Chris Castell pasó a mejor vida en 1991.
La unidad que os mostramos estuvo guardada en el Museo de la Moto de Londres, hasta que fue puesta a la mayor puja en la casa de subastas Bonhams en agosto de 2020, y se vendió por 4.500 euros.