Así ayudan los moteros italianos a las víctimas del terremoto

Carreteras cortadas, familias aisladas y sin apenas recursos, ayuda que tarda demasiado en llegar… Hay que buscar soluciones para paliar lo antes posible los terribles efectos que el terremoto que sacudí el pasado miércoles el centro de Italia, destrozando, entre otros, el pueblo de Amatrice.

Para ello, un grupo de aficionados al enduro y al motocross se han unido a los grupos de rescate y apoyo y con sus motos llevan ayuda a los lugares en los que no se puede llegar con vehículos de cuatro ruedas por el mal estado de las carreteras. De esta manera, familias que han quedado aisladas reciben la ayuda necesaria para sobrevivir en estos primeros días tras la tragedia. En Italia ya se les conoce como “Los ángeles de dos ruedas”.

Los moteros programan sus recorridos, avisan si encuentran heridos o personas necesitadas, a las que proporcionan medicina, comida y agua hasta que llegan los servicios de emergencia. Recorren las zonas montañosas más inaccesibles y gracias a ellos algunas personas han podido recibir la ayuda necesaria.

El grupo no es nuevo. Fue creado  hace unos 15 años por Mario Menicocci, motero veneciano residente en el centro de Italia. “Es evidente”, dice Menicocci, “que las motos no tienen límites y las ponemos al servicio de una buena causa. Tenemos el apoyo de la protección civil y ya colaboramos durante el terremoto de Aquila. Cuando la circulación se interrumpe, nosotros podemos pasar en casi todos los lugares. ¿Un desprendimiento en una carretera o un camino cortado? Lo rodeamos; ¿un puente caído? Pasamos por el río”.

Uno de los voluntarios, Ugo Filosa, regresa de una misión: “Había un anciano de 80 años solo y aislado en su casa. Estaba tan contento al vernos que nos ofreció libros. Y cuando regresaba, la Cruz Roja me ha pedido que llevase un medicamento de forma urgente”.

“Hace poco le hemos llevado a una mujer que estaba en una tienda de campaña una medicina para el corazón. Nosotros tardamos 10 minutos; los coches, 40”, dice Menicocci. La rapidez de los moteros en determinadas circunstancias puede contribuir a salvar vidas.

Además de su ayuda para estos casos, ‘los ángeles de dos ruedas’ se ofrecen para vigilar los montes de pirómanos: “Podemos recorrer los montes y avisar si vemos algo extraño; podemos vigilar y llegar a lugares casi inaccesibles por otros medios”, asegura Menicocci.

Sin embargo, el hecho de tener una moto off road no basta. “Hay que ser experto en la conducción por caminos, que no es fácil. Hay que tener ciertas habilidades físicas y técnicas y si se conoce el terreno, mejor. Esto no se puede improvisar. No basta con llegar y decir, hola.

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