Corría 1985 cuando el mago Tamburini, Don Massimo, creaba una de las motos más bonitas que se han fabricado: la Bimota DB1. Dotada de un chasis multitubular y de un motor Ducati 750, lo que más destacaba de la DB1 era su carenado totalmente cerrado pintado con los colores de la bandera italiana. Con el tiempo se llegaron a fabricar hasta 5 versiones de la DB1. Actualmente es una moto muy cotizada y difícil de encontrar.
Este estilo de carenado totalmente cerrado lo extrapoló Tamburini a sus creaciones del resto del entonces poderoso grupo Cagiva, propiedad de los hermanos Castiglioni, ya que ‘el mago’ trabajaba para el grupo. El primer modelo de gran serie con carenado cerrado que salió a la venta fue la Ducati Paso 750 de 1987, una deportiva no muy potente (72 CV) pero muy refinada (y cara) que tuvo secuelas en forma de Paso 906 (con motor 900) y 907 (con inyección). Tanto en el caso de las Paso como en el del resto de derivadas de ella se trabajó mucho el flujo interno de aire, ya que se trata de motores refrigerados por aire y al disponer de carenados totalmente cerrados este flujo era imprescindible para la correcta evacuación de calor.
A finales del mismo año 87 Honda mostró sus exitosas CBR 1000, pero especialmente la CBR 600 (Hurricane en EE.UU.) con carenado totalmente cerrado, que Honda llamó Aero. A pesar del elevado precio de la CBR 600 (costaba prácticamente como una 1000) , sus 85 CV, 185 kg y magnífico comportamiento hicieron de ella la mejor deportiva del momento. El estilo Aero siguió presente en las siguientes versiones de las CBR hasta la versión 1999-2000.
Mientras, en el grupo Cagiva se exportó el estilo Paso al resto de marcas del grupo. Así, basada en la veterana Morini 350 Sport, nació la Dart, y en Cagiva la Freccia C9 y luego C10 se convirtió en una potente y bonita ‘MiniPaso’, con motor 2T LC de 125 c.c. y 7 velocidades, que alcanzaba nada menos que 170 km/h.
Aunque seguramente la versión más ‘Zen’ de los carenados cerrados o Aero fue la Gilera CX de 1992, con su futurista y aerodinámico carenado, sus llantas lenticulares y su horquilla monobrazo (simplemente, le quitaron una de las dos botellas). Una moto que iba bastante peor que la eficaz y deportiva SP-01, bastante más tradicional que aquella.
Como en tantas ocasiones, Massimo Tamburini marcó una época con sus bellos y atrevidos diseños.