Aprilia Mana 850 GT ABS

Confieso que la Mana GT me ha sorprendido. Sin haber probado la versión naked, a través de esta nueva GT he descubierto un nuevo mundo.

Haciendo volar la imaginación no me habría resultado demasiado complicado que la electrónica fuera capaz de poder ofrecer una moto con cambio secuencial. Pero he de admitir que cuando subía con la Mana GT por la carretera de Vallvidrera, un tramo que ha sido la cuna de muchas generaciones de motoristas catalanes, cuyas curvas he dibujado con variadísimas motos durante los últimos treinta años –¡glups!-, me sorprendió este tipo de cambio por su rapidez y precisión, especialmente a la hora de subir marchas.

Pero no fue lo que más me impactó. Lo que realmente me alucinó es la posibilidad de elegir entre conducir accionando el pulsador que sube marchas y el que las saca o un cambio en el pie… sin embrague. Por si fuera poco, también existe la posibilidad de elegir el cambio automático, con lo que la Mana se convierte en un megascooter con sensaciones de moto…

A estas posibilidades hay que añadir los tres tipos de mapeado del encendido: Rain, Touring o Sport. La primera, muy light, y la Sport, más alegre, pues se ganan unas revoluciones con respecto a la touring. Pero eso no es todo.

Al margen de sus exquisiteces en cuanto a electrotecnología, que, en realidad, son de un enorme sentido práctico, el casco integral -un modular no cabe…- se puede guardar en el espacio donde habitualmente va ubicado el depósito de combustible, en un cofre con luz de cortesía.

Éste tiene una capacidad de dieciséis litros y se ha colocado bajo el asiento, con lo que se consigue bajar el centro de gravedad. La boca de llenado está situada debajo del asiento del pasajero (abatible con llave).

Tiene otros detalles sorprendentes pero prácticos, como el freno de mano, un completísimo cuadro de instrumentos con ordenador de a bordo en el que echamos de menos un indicador de nivel de combustible, el sistema de frenado con ABS de serie o la posibilidad de regular la precarga de muelle del único amortiguador trasero a través de un pomo. No falta una toma de corriente de 12 v.

Es decir, que la Mana apuesta por la tecnología y el sentido práctico por encima de todo. Los más puristas pueden decir, y me incluyo, que toda esa practicidad va en contra de las sensaciones que una moto convencional puede ofrecer, y es cierto -creo que innegable-. Pero el sentido práctico de la Mana GT es un argumento a tener muy en cuenta especialmente para motoristas con poca experiencia o para los que quieran dejar el coche en casa y utilicen la moto como transporte diario urbano e interurbano.

Entre la naked y esta GT, las diferencias más significativas son un semicarenado con pantalla regulable y el sistema de freno ABS, que se reflejan en los 625 euros de más que cuesta esta versión GT.

Fácil

Aparentemente puede parecer que tantas posibilidades de elección a través del pulsador de la piña derecha crean confusión, pero a la hora de la verdad es sencillo escoger el tipo de cambio que se adapta mejor a las necesidades de cada situación.

Tengo muy claro que los habituales usuarios de scooter o megascooters con la Mana GT funcionarán siempre con el cambio automático. La vida desde una Mana GT con esta opción es muy fácil y será la opción elegida para motoristas con poca experiencia y para aquellos que vengan de las cuatro ruedas.

En realidad la Mana puede ser un megascooter con sensaciones de moto y sus ruedas de diecisiete pulgadas que aportan un plus de seguridad que no tienen los scooters. Para un motero también puede ser divertido cambiar a través del cambio secuencial. Personalmente creo que en carreteras reviradas la mejor opción es usar el secuencial para subir marchas y el de pie (sin embrague), para reducir.

En este ambiente, la Mana GT es un poco pesada si la comparamos con otras motos de su especie. Las suspensiones son demasiado blandas en una conducción agresiva, pero, por otra parte, en autopista es una moto confortable y con un buen nivel de protección gracias a su semicarenado.

Otro de los aspectos que sorprende es el escaso freno motor, que es prácticamente inapreciable. Por otra parte, se puede prescindir de sacar marchas, tanto con el secuencial como con el pie, si cortamos el puño de gas y dejamos que el motor baje de vueltas por sí solo, pero para ello necesita cierto tiempo, que se traduce en cierta distancia…

Junto a sus ruedas de diecisiete pulgadas, otro aspecto que lo diferencia de un megascooter es su sistema de frenos. La frenada de la Mana, gracias a su sistema con ABS de dos canales firmado por Continental -que es más efectivo en superficies en buen estado que en asfaltos bacheados-, es realmente potente. Los dos discos de 320 mm con pinzas radiales de cuatro pistones hacen un buen trabajo.

Polivalente

Además de su tecnología, la Mana en versión GT es una moto muy polivalente que nos ha gustado en diferentes ambientes. Por ciudad, lo más práctico es utilizar el cambio completamente automático. Tiene una buena salida en parado y se mueve bien entre los coches, a pesar de que sería agradecido un poco más de ángulo de giro.

El cofre para guardar el casco es un puntazo, y la altura de asiento, pese a estar condicionada por la ubicación del depósito de combustible bajo el mismo, no es excesiva.

Buena visibilidad a través de los retrovisores. Mucha información en el cuadro de instrumentos, pero echamos de menos un indicador de nivel de combustible. La palanca del freno de mano situada en el costado derecho es útil en caso de dejarla aparcada en una pendiente, pues hay que recordar que no la podemos dejar con una marcha engranada porque es automática.

En definitiva: ágil, algo pesada, pero buena y práctica ciudadana. En carreteras reviradas es divertida, pese a que las suspensiones, especialmente debido a los hidráulicos de la horquilla delantera, son un poco blandas. Sin invitar a una conducción muy deportiva, sí que es fácil de conducir, y a muchos les gustará el hecho de jugar con el cambio secuencial.

Para diferenciarse de la versión estándar, la naked, esta nueva GT monta un generoso semicarenado con una pantalla derivabrisas regulable, pero deberemos de usar una llave para mover la pantalla.

La protección aerodinámica es buena tanto para el piloto como para el pasajero. Este sencillo semicarenado abre todavía más el abanico de posibilidades en cuanto al uso de la Mana, pues ésta se convierte en una buena moto de turismo. El asiento es un poco duro, pero no en exceso. El pasajero va ligeramente elevado y tiene un asa para agarrarse.

En la popa no hay demasiado sitio para colocar el equipaje, pero se venden unas prácticas maletas opcionales. Las vibraciones no son exageradas, aunque sí se notan un poco en manos y pies a medio régimen.

Con un consumo que supera por poco los seis litros y medio a los 100 km y una autonomía de unos 250 km, la Mana en versión GT es una moto muy interesante y polivalente, cuyo funcionamiento se puede escoger prácticamente… a la carta.

Solo +

Sentido práctico

Posibilidad de elegir entre cambio manual, secuencial o automático

Hueco para el casco

Solo -

Peso

Falta de freno motor

Falta de indicador de nivel de combustible

CÓMO VA EN...

CIUDAD

De lujo. Con su cambio automático y hueco para el casco, la Mana GT tiene las ventajas y el sentido práctico de un scooter y el feeling de una moto.

CARRETERA

Es confortable pero algo pesada. Entre curvas, el chasis es rígido y estable, pero las suspensiones son demasiado blandas.

AUTOPISTA

Bien. El nivel de vibraciones es aceptable, y su posición de conducción es buena para las largas distancias. Su protección aerodinámica es buena.

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