800 euros de multa y 8 puntos, en sólo 5 minutos

Hasta cuatro multas de 200 euros cada una y retirada de 8 puntos en el permiso le cayeron a Guillermo Ariza por el simple acto de recoger a su mujer a la salida del supermercado.

Os dejamos con su propio testimonio. Es una carta larga pero no tiene desperdicio…

“Estamos en casa de unos amigos celebrando un fantástico día de carreras. Hoy toca Silverstone. Es un fin de semana atípico por los horarios: después de Moto2 -primera carrera- nos percatamos de que el aperitivo se nos está quedando un pelín escaso.

No parece que haya buena predisposición para ir al “super”, de modo que después del consiguiente sorteo me toca a mí acercarme al Opencor, único sitio abierto en la zona -y carísimo, por cierto-. Vivo justo encima, lo que me hace pensar que este pequeño detalle ha tenido algo que ver con el resultado de la rifa. En cualquier caso, he quedado en recoger a mi señora entre Moto2 y MotoGP, así que me resigno y pienso que “no hay mal que por bien no venga”… Quedo fenomenal con la panda y voy a llegar puntual a la cita con mi mujer. Soy un tipo tan responsable como olvidadiza mi costilla, así que esta mañana, además del mío, he cargado con su casco. Como he hecho toda la vida, me cuelgo su casco en el brazo/codo. Aproximadamente kilómetro y medio, un par de acelerones, (prudentes), y ya estoy.

Veo que Luisi, (la llamo así cariñosamente cuando está de buen humor), se ha adelantado y ya ha hecho la compra. No es mucho, pero es que la cosa no está para dispendios… A unos tres metros de ella, (de Luisi), hay dos policías urbanos del término municipal de Aravaca, francamente malcarados. No me importa: tengo todos los papeles en regla y sólo me he apretado dos zumos de tomate (sin vodka y sin tabasco). Me dan el alto, suena antiguo, pero es literal. Mientras me quito el casco ya les veo con la libreta. Después de pedirme hasta la partida de nacimiento y tratarme de caballero, se disponen a aclararme un par o tres de conceptos, Esto huele a “rejón” desde lejos.

- Resulta que he aparcado en la acera: 200 €

- Es imposible aparcar en una acera sin circular por la misma: 200 € más

- El segundo urbano repara en el casco de mi mujer y en mi codo. Se le afila el diente: 200 € + 4 points

Ante el pasmo de Luisa, (ya no está la cosa para llamarla Luisi), me quito el casco del brazo, se lo endilgo a mi señora y pregunto a los urbanos si cuando me baje de la acera me van a endiñar otras 200 hojas. Me tranquilizan diciéndome que están allí para informar, que no para recaudar. ¡Menos mal!

Nos subimos por fin en la moto después de firmar más papeles que un notario de provincias. Somos Luisa, servidor, y la cochina bolsa de los aperitivos. No se determinar si es el primer o segundo urbano el que repara en la dichosa bolsa. Antes de meter primera me dan nuevamente el alto y vuelta a empezar… Parece que no puede cargarse bolsa alguna (da igual el super al que pertenezca), sin llevar las debidas sujeciones: 200 € + 4 points. Podrían haberlo dicho antes, ¡Pues no!

Después de 10 minutos, 800 €, y 8 points, me arrugo y les confieso que no me he leído la nueva Ley (no recaudatoria), de Procedimiento Sancionador.  Como seguro que se me ha escapado algo y pueden haber prohibido algo más recientemente, les digo que si me lo cuentan me hacen feliz… Muy amablemente me cuentan que hay un par o tres de cosillas más, a saber:

- Circular entre coches con o sin retención: entre 200 y 500 € + 4 points.

- Circular en sentido contrario hasta el semáforo: 500 € + 6 points.

- Hacer más ruido de la cuenta: 200 € + pasar la ITV de la cochina motocicleta (sea tuya o prestada).

Gracias a Dios ni he circulado entre coches, ni he ido en sentido contrario y además, he venido en mi moto. Mi amigo y anfitrión me ofreció para hacer la compra su KTM ataviada con unos bonitos Akrapovic, que estoy seguro, no hubiesen pasado el corte.

Quedan diez minutos para que empiece MotoGP. Parece que nos vamos de una santa vez…Veo entonces por el retrovisor que aparece otro insensato en moto. Tiene pinta que va a hacer lo mismito que yo. Arrancan los urbanos, se suben en la acera y hacen un “slalom” entre los carritos de la compra de todo el personal. Paran al pollo y sin ningún afán recaudatorio, empiezan a aclararle un par de conceptos… (o tres). Uno de los guardias llevaba el casco en el depósito. Parece que esto, para ellos, no está prohibido.

Nunca me hubiera imaginado que dos barras de pan y tres latas asquerosas, nos  costarían semejante cifra (en cash y en points)”.

GUILLERMO ARIZA

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