El Centro Cultural José Luis López Vázquez del madrileño barrio de San Blas fue el epicentro de los actos de celebración del 50 aniversario del Vespino, pues en este barrio estaba ubicada la antigua fábrica que lo vio nacer.
Allí, una amplia exposición con gran cantidad de motos Vespino, de todas las épocas y tipos, esperaba a los asistentes al evento. Algunos ejemplares habían sido testigo de grandes viajes, por increíble que pueda parecer. Este es el caso, por ejemplo, del Vespino de Valentín Salvador (que viajó de España a Cabo Norte), o Mari Tere, la moto viajera de Luis el Mudo. Pero también había espacio para otros modelos nuevos de Piaggio, e incluso para un moto carro del grupo motero RunRun motos clásicas.
La muestra también incluía motores y piezas del Vespino, venta de merschandising de la marca o trofeos, entre los que se encontraban varios de la concentración de Pingüinos ganados por nuestro amigo Nacho de Málaga.
El sábado por la mañana, mientras iban llegando Vespinos de todas partes de España, hubo varias charlas sobre el el modelo. Entre los conferenciantes, pudimos contar con la presencia de Vicente Carranza, ingeniero que ideó el Vespino o Antonio Cuadra, periodista y escritor de “El libro del Vespino”. A media mañana se organizó una ruta turística que recorría los principales monumentos de Madrid.
Pero era el domingo por la mañana cuando llegaba uno de los momentos más esperados: la ruta motera hasta donde se encontraba la antigua fábrica de Vespino en el barrio de San Blas. Hasta allí llegaron cientos de Vespinos para asistir al acto de descubrimiento de una placa conmemorativa por parte del ingeniero Vicente Carranza, con motivo del aniversario.
El 50 aniversario del Vespino se transformó en un gran fin de semana de motos y amigos de los que solo se celebran una vez en la vida, y durante el cual a todos los asistentes nos recorrió la añoranza por un modelo que nos transportaba a nuestra juventud. Saludos, y ráfagas por el Vespino.
Agradecer a Luis el Mudo y a Nacho de Málaga sus enseñanzas.