En ocasiones, la memoria juega malas pasadas y parece que queramos apartarla, olvidarla. A veces se nos nubla la vista, perdemos los recuerdos, la noción del tiempo. No queremos rememorar bonitas historias porque acabaron de forma trágica o injusta. Algo así sucede con las 24 Horas de Montjuïc, que se disputaron por última vez en el mes de octubre de 1986, después de disputarse 32 ediciones de forma ininterrumpida y antes de que volvieran a la escena en el Circuit de Catalunya en 1995.
Tal vez el hecho de que tradicionalmente se corrieran en el mes de julio en la que muchos recordamos como “la noche más larga”, nos haya hecho pasar por alto que el pasado mes de octubre, y no de julio de 2016, se cumplieron treinta años sin la Magia del Parque, pues excepcionalmente la última edición tuvo lugar en otoño, durante el fin de semana del 25 y 26 de octubre.
Aquella fue la más larga noche de entre la historia de las noches más largas, en la que los participantes pasamos catorce horas conduciendo entre los árboles de Montjuïc con los faros de la moto encendidos. Benjamín Grau, que ganó junto a Cardús y Garriga en la que fue su edición número 18 participando ininterrumpidamente en esta prueba, se quedó dos veces sin luz en la Pérgola en el mismo relevo, pero poco le importó. Dijo entonces que el único punto donde realmente no había ninguna iluminación era en la Font del Gat.
El final de las 24 Horas
Esta última edición de las 24 Horas fue trágica porque hubo demasiados accidentes en un circuito que ya estaba obsoleto, y una de esas caídas acabó con la vida de Mingo Parés. Impactó con Toni Boronat en el Pueblo Español, otro piloto más rápido que el viento y que años después también perdió la vida en su caso en un accidente con su scooter. Parés acabó segundo en la edición anterior a su accidente tras Grau/ De Juan/Garriga, con Juan Cano y José Manuel Rosa como compañeros de equipo con una Yamaha de Foch Endurance. Curiosamente Mingo fue testigo en aquella edición en la que se subió al podio del impacto que acabó con la vida del alemán Nikolaus Rück.
No creo que treinta años más tarde sea tiempo para beber un trago de licor de espinas, sino de recordar la última edición de una carrera que durante su larga historia fue el motor de pilotos, moto clubs, aficionados, industria, periodistas, apasionados y chiflados. Una fábrica de sueños que alimentó la ilusión de varias generaciones durante más treinta años y muchos no pudimos resistir la tentación de competir bajo la luz de las estrellas, entre las sombras de los árboles del parque.
Una prueba sin la que se puede entender el desarrollo de la competición motociclista de nuestro país.
La última edición
En aquella última edición fuimos cincuenta equipos formados por tres pilotos los inscritos, de los que nos clasificamos diecinueve, y la victoria fue para Benjamín Grau/Carlos Cardús/Joan Garriga sobre una Ducati 850. Fue la séptima victoria del Rey de Montjuïc en las 24 Horas, la tercera de Joan Garriga y la primera de Carlos Cardús, antes de que se disputaran en el Circuit de Catalunya, que precisamente este año ha cumplido su 25 aniversario. Consiguieron un nuevo récord de la prueba, con 747 vueltas, batiendo su propio récord del año anterior por 17 vueltas. Ducati igualó el récord de cuatro victorias consecutivas entre 1976 y 1979.
Durante las últimas horas, la lucha por la segunda posición entre la Yamaha de Nani- Rodríguez-Morante y la Honda de Kallen- Monsch-Loser fue apoteósica. Se impuso el equipo de Honda a la Yamaha de Linares al poder hacer los cambios de ruedas en menos tiempo y ser los españoles más rápidos en la pista.
Cuartos acabaron Pajic-Vaerenbergh-De Juan con una Honda, por delante de Noyes- Prous-Taberna, que se llevaron el nacional al entrar por delante de Bultó-Lasheras-Martinell y su Ducati 750.
Los primeros clasificados en TT2 fueron Andrés Fernández-Carlos Muñoz y Tomás Pérezagua, con una Yamaha RD 350, que acabaron en una meritoria octava posición.
Es justo recordar que Boronat-Reyes y Gimeno fueron protagonistas antes de que se quedaran sin gasolina y, por supuesto, del accidente de Boronat. Que Amatriaín-Cardelús- Cano perdieron sus opciones de podio por un problema con el cambio, entre otras historias.
Pero la más triste de todas, la que marcó para siempre esta carrera, fue el accidente de Mingo Parés, con 14 horas de carrera celebradas en una edición en la que curiosamente no hubo ninguna caída importante durante la primera mitad de la prueba.
La última noche de la historia de las 24 Horas de Montjuïc tuvo un trágico final cuando los primeros rayos de sol se filtraron entre los árboles del parque. Luces y sombras.