20.000 asistentes a la XXII Concentración de Góis

Este año finalmente, y tras una recomen­dación de Mariano Parellada (organizador de Pingüinos), que me confirmó las bonda­des de Góis, me decidí a asistir... y lamen­té no haber hecho caso a mis informacio­nes mucho antes. Si lo principal de acudir a cualquier even­to es disfrutar de nuestra moto, la Concen­tración de Góis nos dejará satisfechos aun antes de inscribirnos, ya que los diferentes caminos que llegan hasta ella nos obligan a circular por kilómetros de preciosas carreteras de curvas, encajonadas entre montañas que satisfarán al más aficionado a usar el cambio de marchas. Una vez allí, descubriremos que Góis es una villa situada en el distrito de Coimbra, con alrededor de 2.300 habitantes y con calles cargadas de encanto, atractivo tu­rístico y buena gastronomía. Sus playas fluviales, alimentadas por el río Ceira, que parten la población en dos, son uno de los mayores atractivos, tanto de la villa como de la concentración y son un lugar per­fecto para pasar unos relajantes días de vacaciones, como bien lo demuestran el elevado número de caravanas y camper que veremos allí aparcadas. Entrando ya en lo que respecta a la concentración, lo que más sorprende (y eso que ya me habían avisado) es que es grande, muy grande, cerca de 20.000 per­sonas este año, lo que la convierte en la segunda más grande de Portugal y tercera de la Península (tras Faro y Pingüinos). El hecho de que hasta ahora sus organizadores no se hayan puesto manos a la obra para difundirla internacionalmente es el motivo por el que es tan poco conocida en nuestro país, pero prueba de su calidad es que se trata de la primera de Portugal en número de inscritos portugueses, ya que en Faro, alrededor del 60 % de los inscri­tos, son extranjeros, mientras que en Góis, esta cifra apenas supera el 10 %.

Fuera, pero junto al pueblo y sus pla­yas fluviales, se puede ir del pueblo a la concentración andando; de hecho, el Bike Show, instalado junto a una de las entradas de la concentración, está fuera de esta y situada en el paseo que lleva a las playas. Ya dentro del recinto, y según camina­mos de sur a norte, todo el paseo por el que avanzamos está lleno de tiendas, expositores y chiringuitos hasta el final, donde nos encontraremos todo tipo de ac­cesorios para el motorista y la posibilidad de probar algunos de los licores y dulces típicos portugueses.

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A lo largo de este paseo pasaremos tres puentes de madera a nuestra izquierda, que cruzando el río Ceira nos llevarán has­ta la zona de restauración el primero, la zona del escenario el segundo y la zona de acampada y entrada principal el tercero. La zona de acampada resulta realmente impresionante, por el número de tiendas que allí ves instaladas y por estar la zona de barbacoas, el edificio del Moto Clube Góis, las duchas....

Como también sucede con la Concen­tración de Faro, en Góis los conciertos son una parte fundamental de la concen­tración, y desde el jueves por la noche, cuando el sol cae, el mayor movimiento se registra en la zona que va de los restau­rantes al escenario y a la carpa Makina, donde tras los conciertos de los grupos sigue la música con Dj. Como es normal, hasta ahora, y salvo raras excepciones, la mayoría de los grupos han sido portu­gueses; sin embargo, en el proceso de internacionalización que le quieren dar a su concentración, la organización espera poder llevar ya, el año que viene, a algún grupo español, de donde esperan conse­guir el mayor aumento de inscritos.

Muy buen ambiente, un paraje que en sí resulta muy atractivo con el río, los árbo­les, los puentes para pasar de un lado a otro, que le confieren una identidad propia muy característica y especial, buenos pre­cios para comer tanto dentro del recinto de la concentración como en el pueblo, una infinidad de posibilidades turísticas si nos decidimos a echar unos días más de los que propiamente dura la concentración y unas carreteras increíbles que nos devol­verán a nuestro domicilio con la sensación de haber viajado, no simplemente despla­zado, son solo algunos de los motivos que hacen especialmente atractiva esta con­centración.

El próximo año prepararé un previo con las fechas y actividades de la que será ya su 23 edición, un largo camino, bien re­corrido, “paso a paso”, como me decían sus organizadores, y que les ha llevado a conseguir una de las mejores concentra­ciones de cuantas se celebran en la Penín­sula Ibérica, que no lo dudes, son muchas. Mientras, aquí os dejamos una peque­ña selección de fotos para que os vayáis haciendo una idea de por qué merece la pena contar con la concentración de Góis en nuestro álbum de recuerdos.

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