10 Motos que cumplen 40 años, inolvidables, iconos de nuestra juventud

10 Motos que cumplen 40 años, inolvidables, iconos de nuestra juventud

Aún vivas en nuestra mente tenemos estas diez protagonistas de hoy, son 10 motos que cumplen 40 años, ahí es nada…

Y es que parece increíble que ya hayan trascurrido cuatro décadas, ocho lustros, cuarenta años desde que estas cinco motos llegaron al mercado. Muchos de nosotros suspiramos por ellas, y en nuestro corazoncito sigue habiendo un rincón para ellas. Son motos históricas por derecho propio y ya tienen un espacio en nuestro Valhalla particular. Aquí van 10 motos que cumplen 40 años en este 2023.

BMW K100 (1983)

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En septiembre de 1983 BMW presentó la K100, su primera tetracilíndrica, 60 años después de nacer la primera BMW bóxer –la R32 de 1923-. Era una maciza naked decorada en color plata -apodada “The flying brick”, el ladrillo volador-, con un pequeño carenado de faro –circular-, sin visera, y con el motor de formas rectangulares asomando por ambos lados. Su motor de 4 cilindros en línea longitudinal -LC, 8V, DOHC, IE Bosch Jetronic- transmitía sus 90 CV con un cardán-basculante monobrazo bautizado Monolever. Con llantas de aleación de 18” y 17”, doble disco de freno delantero y simple trasero, fue la primera moto en ofrecerse con ABS -opcional-. La primera versión fue la naked, seguida inmediatamente de la deportiva semicarenada RS y la turística RT en 1984. Aquí salió a la venta en noviembre de 1983 a un precio de 1.138.440 pesetas, 6.800 euros al cambio.

BMW R80ST (1983)

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Tras el inesperado éxito de la primera maxitrail de la historia, la BMW R80G/S, en Munich pensaron en lanzar una versión más asfáltica. Así nació como modelo 1983 esta elegante moto, que incorporó nuevo faro sin mascarilla, depósito -de 19 l- y tapas laterales de nueva factura, con pintura más elegante y silencioso de escape más protegido con nueva tapa. Se le añadieron suspensiones de menor recorrido, llantas de 19 y 18 pulgadas -ambas de radios-, neumáticos de asfalto y guardabarros delantero bajo, manteniendo el mismo chasis doble cuna de acero o el basculante monobrazo cardán y, evidentemente, el motor bóxer -4T, aire, 4V, OHC- de 797 c.c. y 50 CV. Con un disco delantero y tambor trasero, fue una moto tranquila ideal para el día a día, siempre por asfalto, claro. Se fabricó desde finales de 1982 hasta 1984.

Honda MBX 75 Hurricane (1983)

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Fue la primera moto 100% nipona de los moteros españoles; apodada “urraca” fue una revolución porque aportaba diseño, tecnología nunca vista en una 75 y una finura de funcionamiento sin igual. El pequeño motor monocilíndrico de ciclo 2T de 74 c.c. tenía refrigeración líquida, admisión por láminas y encendido electrónico, algo que ninguna moto nacional equipaba. Esta preciosa naked tenía llantas de aleación Comstar, al igual que la gran CBX 1000, y un freno de disco delantero con pinza de dos pistones paralelos -aunque tambor trasero-. Y el colmo era una suspensión posterior con un monoamortiguador Showa dotado de bieletas, el sistema Pro-Link, un gadget de motos japonesas de alta cilindrada. Su precio de venta fue de 239.000 pesetas, un cuarto de millón, al cambio unos 1.400 euros, una barbaridad en la época.

Honda VF750F (1983)

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Si existe una moto revolucionaria en los 80 que logró ser popular, esta fue la VF750F. En nuestro país causó un gran revuelo, y fue tal el éxito que el cupo de importación se agotó al momento. No en vano su nuevo motor V4 -4T, LC, 16V, DOHC- era único en el mercado. Y su parte ciclo no se quedaba atrás: chasis doble cuna de sección rectangular, llanta delantera de 16” -la trasera de 18”, ambas Comstar-, suspensión trasera con monoamortiguador y sistema Pro-link, horquilla con sistema antihundimiento TRAC, frenos de disco autoventilados… Y su estética, con un pequeño semicarenado ceñido al chasis y su instrumentación de cuatro esferas enrasadas en una pletina, eran únicos. Su precio de venta en nuestro país fue de 1.060.000 pesetas, 6.000 euros al cambio

Honda CX650 Turbo (1983)

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En las motos que cumplen 40 años no podía faltar esta... Fue la segunda moto turbo de Honda tras la CX500, una evolución con mayor cilindrada y potencia. Dotada de la misma parte ciclo y estética, con su carenado integral y su posición de conducción de sport turismo, la subieron de cilindrada hasta los 674 c.c., aumentaron la relación de compresión, se revisó la centralita electrónica y algunos otros detalles. Así, el V2 60º transversal -4T, LC, 8V, DOHC, IE- llegó hasta los 100 CV, una cifra respetable. La instrumentación de corte automovilístico, las llantas Comstar, los discos de freno delanteros autoventilados, la horquilla con sistema antihundimiento TRAC o el monoamortiguador posterior con sistema Pro-Link se mantuvieron, y se añadió una nueva decoración. Solo se produjeron unos 1.800 ejemplares.

Honda XLV750R (1983)

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Con la llegada de la primera maxitrail de la historia, la BMW R 80 G/S, Honda la replicó con una moto curiosa. Era una trail muy off road que mezclaba la esencia de su XL600R con el concepto de la R 80 G/S. Su estética, el color rojo del motor, la mascarilla, el faro, y las llantas de radios de 21 y 17” con neumáticos de tacos eran comunes a su 600 monocilíndrica, mientras que el motor bicilíndrico y la transmisión por cardán eran la réplica de Honda a la maxitrail teutona. Su motor era un compacto V2 a 60º de 749 c.c., con 3 válvulas por cilindro y con reglaje hidráulico -4T, aire, DOHC-. Con 61 CV y un peso de 210 kg no fue una moto brillante en prestaciones ni muy manejable. Su producción se detuvo en 1986, tras producir solamente 10.000 unidades, pero gracias a ella nacieron dos modelos legendarios, la XL650 Transalp y la Africa Twin.

Estas 10 motos que cumplen 40 años fueron parte de nuestra adolescencia motera

Kawasaki GPz750 (1983)

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La saga de las GPz, en cilindradas desde los 250 hasta los 1100 c.c., comenzó a principios de los ochenta con motos naked. La GPz750 comenzó su vida en 1977 como una naked tranquila de faro redondo, la KZ750, pasando a ser en 1981 la Z 750 GP -su nombre oficial-, una naked de faro rectangular -también en versión con cupolino-, ya de diseño de líneas rectas y con tintes deportivos, con motor tetracilíndrico en línea transversal potenciado y mejorado -4T, aire, 8V, DOHC- de 739 c.c. y 80 CV. Con llantas de aleación de 19 y 18” y doble amortiguador trasero, tenía escapes en negro, además de una rabiosa decoración en rojo. En 1983 se dotó de un agresivo semicarenado y nueva estética más afilada, de la GPz1100, además de monoamortiguador trasero con Uni-Trak, nuevos frenos, llantas de 18” y motor repotenciado. Fue la mejor de su historia.

Suzuki XN85 (1983)

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En 1983 se presentó la turbo de Hamamatsu, la Suzuki XN 85 cuya denominación proviene de la potencia que entregaba su motor, 85 CV. Su propulsor era un tetracilíndrico en línea transversal, de 673 c.c. -4T, aire, 8V, DOHC, inyección electrónica Nippon Denso-. La turbina estaba situada detrás de los cilindros, por encima del cárter motor, una situación demasiado "caliente". La parte ciclo estaba firmada por Kayaba, con una horquilla convencional de 37 mm con antihundimiento y un monoamortiguador con Full Floater. Las llantas de aleación –de 16” la delantera-, los tres frenos de disco, completaban la parte ciclo. Dotada de un semicarenado sucinto, de agresivas líneas, conservaba el aire de la familia GS de la época y según Suzuki era una moto 100% deportiva, con semimanillares y estriberas retrasadas. La moto era muy manejable, pero adolecía de una respuesta más bien pobre para tratarse de una turbo. Tan sólo dos años duró en producción y solo se produjeron 1.200 unidades.

Yamaha XJ900 (1983)

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Desarrollada a partir de la carismática XJ650 esta sport turismo heredó su motor tetracilíndrico en línea transversal pero subido a 853 c.c. -4T, aire, 8V, DOHC- y su transmisión por cardán. La estética fue revisada, pero siguió sus mismos cánones. La primera versión, muy criticada, recibió un cupolino anclado a la horquilla que pronto fue sustituido por un semicarenado anclado al chasis, conservando el faro rectangular. La horquilla convencional equipaba un antihundimiento, atrás montaba dos amortiguadores cromados y montaba dos frenos de disco delanteros y uno trasero. En la instrumentación tenía tres grandes y lujosas esferas de aire automovilístico. En 1985 recibió algunos cambios, subió de cilindrada hasta los 891 c.c., montó una quilla, nueva horquilla sin antihundimiento y se lanzó también una versión naked. Estuvo en producción hasta 1994, año en que fue sustituida por la XJ 900 Diversion.

Yamaha XS400 (1983)

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Y acabamos estas 10 motos que cumplen 40 años con toda una joya. La primera moto grande japonesa de verdad de nuestro mercado fue una naked bicilíndrica moderna, ligera, atractiva y potente. Tenía un chasis de espina central del que colgaba un motor moderno y potente, un bicilíndrico twin -4T, aire, 4V, DOHC, de 399 c.c.- pintado en negro satinado con los cilindros en forma de pirámide invertida. Equipaba el sistema YICS (Yamaha Induction Control System) que reducía el consumo de gasolina, a pesar de ofrecer 47 CV. Tenía dimensiones y aspecto de 125, pero su ancho manillar de tubo cromado, su gran faro rectangular, su instrumentación rectangular y su gran asiento con un pequeño colín, eran de moto de verdad. Y sus llantas de aleación de 18” eran las mismas de la Yamaha XJ650 Turbo. A pesar de ser cara, 501.450 pesetas hace 40 años, 3.000 euros al cambio, fue muy popular.

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